Page 313 - El Retorno del Rey
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riendas,  recolectando,  robando  y  abusando,  y  manejando  o  destruyendo  las
      cosas a gusto de ellos, y en nombre de él. Y ni siquiera en nombre de él por
      mucho  tiempo  más.  Ahora  es  un  prisionero  en  Bolsón  Cerrado,  y  ha  de  estar
      muy atemorizado, me imagino. Tendríamos que intentar rescatarlo.
        —¡Esto  sí  que  es  inaudito!  —exclamó  Pippin—.  Como  broche  de  oro  de
      nuestros viajes, nunca me lo habría imaginado: venir a combatir con bandidos y
      con semiorcos en la Comarca misma… ¡para salvar a Otho Granujo!
        —¿Combatir? —dijo Frodo—. Bueno, supongo que podría llegarse a eso. Pero
      recordad: no ha de haber matanza de hobbits, por más que se hayan pasado al
      otro bando. Que se hayan pasado de verdad, quiero decir: no que obedezcan por
      temor a las órdenes de los bandidos. Jamás en la Comarca un hobbit mató a otro
      hobbit con intención, y no vamos a empezar ahora. Y en la medida en que pueda
      evitarse, no se matará a nadie. Así que conservad la calma hasta el final.
        —Pero si hay muchos de estos bandidos —dijo Merry—, tendrá que haber
      lucha.  Con  sentirte  horrorizado  y  triste,  no  rescatarás  a  Otho,  ni  salvarás  a  la
      Comarca, mi querido Frodo.
        —No —dijo Pippin—. No será tan fácil amedrentarlos de nuevo. Esta vez los
      tomamos por sorpresa. ¿Oíste sonar los cuernos? Es indudable que andan otros
      por  las  cercanías.  Y  cuando  sean  más  numerosos,  se  sentirán  mucho  más
      audaces. Tendríamos que buscar algún sitio donde refugiarnos esta noche. Al fin
      y al cabo no somos más que cuatro, aunque estemos armados.
        —Se  me  ocurre  una  idea  —dijo  Sam—.  ¡Vayamos  a  casa  del  viejo  Tom
      Coto,  allá  abajo,  en  el  Sendero  del  Sur!  Siempre  fue  de  agallas.  Y  tiene  un
      montón de hijos que toda la vida fueron amigos míos.
        —¡No!  —dijo  Merry—.  No  tiene  sentido  « refugiarse» .  Eso  es  lo  que  la
      gente ha estado haciendo, y lo que a los bandidos les gusta. Caerán sobre nosotros
      en pandilla, nos acorralarán, y nos obligarán a salir por la fuerza; o nos quemarán
      vivos. No, tenemos que hacer algo, y pronto.
        —¿Hacer qué? —dijo Pippin.
        —¡Sublevar a toda la Comarca! —dijo Merry—. ¡Ahora! ¡Despertar a todo
      el  mundo!  ¡Odian  todo  esto,  es  evidente!;  todos,  excepto  tal  vez  uno  o  dos
      bribones, y unos pocos imbéciles que quieren sentirse importantes, pero que en
      realidad no entienden nada de lo que está pasando. Pero la gente de la Comarca
      ha vivido tan cómoda y tranquila durante tanto tiempo que no sabe qué hacer. Sin
      embargo, una chispa bastará para encender todos los ánimos. Los Hombres del
      Jefe tienen que saberlo. Tratarán de aplastarnos y eliminarnos rápidamente. Nos
      queda muy poco tiempo.
        » Sam, ve tú de una corrida a la Granja de Coto, si quieres. Es el personaje
      más importante de por aquí, y el más decidido. ¡Vamos! Voy a tocar el cuerno
      de Rohan, y les haré escuchar una música como nunca en la vida habían oído.
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