Page 376 - El Retorno del Rey
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creo, ha de parecerle a ella. Pero aun cuando no fuera así y el corazón de ella se
inclinara hacia ti, de todas maneras me entristecería a causa del destino que pesa
sobre nosotros.
—¿Qué destino es ése?
—Mientras yo habite aquí, ella vivirá con la juventud de los Eldar —
respondió Elrond—, pero cuando me llegue la hora de partir, ella me
acompañará, si tal es su elección.
—Veo —dijo Aragorn—, que he puesto los ojos en un tesoro no menos
precioso que el de Thingol, que en un tiempo deseó Beren. Este es mi destino. —
Pero de pronto despertó en él el don de adivinación de los de su estirpe, y dijo: —
¡Pero ved, Señor Elrond! Los años de vuestra morada en el mundo están
concluyendo y a vuestros hijos pronto les tocará elegir entre separarse de vos y
abandonar la Tierra Media.
—Es verdad, —dijo Elrond—. Pronto, según nuestras cuentas, aunque aún
habrán de transcurrir muchos años de los hombres. Mas no habrá para Arwen,
mi bienamada, otra elección posible, a menos que tú, Aragorn hijo de Arathorn,
te interpongas entre nosotros y obligues a uno de los dos, a ti o a mí, a una
separación amarga más allá del fin del mundo. Tú no sabes aún lo que deseas de
mí. —Suspiró, y luego de un silencio, miró al joven con ojos graves y añadió: —
Los años traerán lo que habrán de traer. No volveremos a hablar de esto hasta
que hayan transcurrido muchos. Los días se ensombrecen y muchos males se
avecinan.
Entonces Aragorn se despidió afectuosamente de Elrond; y al día siguiente dijo
adiós a su madre, y a toda la casa de Elrond, y a Arwen, y partió a las tierras
salvajes. Durante casi treinta años se consagró a la causa contra Sauron; y se
convirtió en amigo de Gandalf el Sabio, y aprendió de él mucha sabiduría. Hizo
con él numerosos viajes peligrosos, pero con el correr de los años a menudo
partía solo. Las empresas que acometía eran largas y duras, y adquirió un
aspecto un tanto hosco y severo, salvo las raras veces que sonreía; y aun así los
hombres lo consideraban digno de honores, como un rey en el exilio, cuando no
ocultaba su verdadero semblante. Porque viajaba adoptando las apariencias más
diversas, y conquistó gloría y fama con nombres diferentes. Cabalgó con el
ejército de los Rohirrim y combatió en mar y tierra por el Señor de Gondor; y
entonces, a la hora de la victoria, se alejó de los Hombres de Gondor; y partió
solo al este, y llegó a lo más profundo de las tierras del sur, explorando los
corazones de los hombres, tanto malos como buenos, y desenmascarando las
confabulaciones y estratagemas de los siervos de Sauron.
Así se convirtió en el más intrépido de los hombres vivientes, hábil en las artes
y versado en las tradiciones, de ellos y más que todos ellos; porque tenía una