Page 121 - La Traición de Isengard
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en el escudo escribieron runas élficas
          para que nunca una herida lo dañara, [121]
          el arco le hicieron de cuerno de dragón,
          las flechas talladas de ébano,
          de plata la cota de malla,
          la vaina de piedra calcedonia;     64
          su espada de acero era valiente,
          el alto casco de adamanto,
          una llama plateada en la cimera,
          sobre el pecho una esmeralda.
          Un barco nuevo le construyeron
          de mithril y de cristal élfico;
          el Silmaril colgaba brillante
          como faro del mástil delgado;      72
          hicieron alas de águila para el navío,
          y sobre él lanzaron un poderoso destino:
          navegar los cielos sin orillas y arribar
          detrás del Sol y la luz de la Luna.
          Desde las altas colinas del Anochecer Eterno
          donde suaves caen los elevados manantiales,
          se alzó en las alturas una luz errante,
          más allá del poderoso Muro de la Montaña.  80
          Desde el Fin del Mundo dio entonces la vuelta,
          y anheló de nuevo buscar en la lejanía
          su tierra bajo la luz de la mañana
          y ardiendo como una estrella guía
          por encima de la niebla llegó,
          una llama distante, un marinero,
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