Page 129 - La Traición de Isengard
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Éste es el origen del pasaje en CA p. 337; sin embargo, se remonta a, parte de
una escritura anterior y aislada, dada en RS 272-274, [132] en que Elrond le narra
a Bingo de forma extensa la historia de Gil-galad y Elendil, aparentemente en
una conversación personal entre ellos; y, a su vez, ese texto estaba muy
relacionado con la conclusión de la segunda versión de La Caída de Númenor
(vol. V). [133]
El nuevo texto continúa:
Entonces, pasaron de las victorias y pérdidas del Anillo a la historia de Bilbo;
y una vez más, éste contó cómo lo había encontrado en la cueva de las Montañas
Nubladas. Luego, Aragorn prosiguió con el relato y habló de la persecución de
Gollum, en la que había ayudado a Gandalf, y de su [> de ellos] peligroso viaje a
través del Bosque Negro del Sur, por el Bosque Fangorn y más allá de las
Ciénagas de los Muertos, hasta las mismas fronteras de la tierra de Mordor. De
esta manera, la historia se contó lentamente hasta la llegada de la mañana
primaveral… (etc. como en RS 497-498).
En la primera versión, Trotter aún era el hobbit Peregrin, con sus zapatos de
madera (RS 497 y nota 20).
Gandalf, en su respuesta a la pregunta de Elrond sobre Bombadil « ¿Le
conoces, Gandalf?» , ahora dice:
—Sí. Y, naturalmente, fui a verlo en el acto, tan pronto como averigüé que los
hobbits se habían metido en el Bosque Viejo. Me atrevo a decir que los habría
mantenido más tiempo en su casa si hubiera sabido que yo me hallaba tan cerca.
Pero no estoy seguro… no estoy seguro de que no lo supiera ni de que, en
cualquier caso, se hubiera comportado de otra forma. Es una criatura muy
extraña, y sigue sus propios consejos: que no son fáciles de comprender.
Da la impresión de que cuando mi padre escribió esto, no podía tener en
mente el boceto fechado 26-27 de agosto de 1940, en el que Gandalf llegó a
Cricava y la encontró desierta (p. 87), ya que él sólo podría haberse enterado por
Hamilcar Bolger de que los otros hobbits se habían adentrado en el Bosque Viejo.
Por otro lado, mi padre aún estaba indeciso (p. 87), en aquel boceto y con aquella
trama, sobre si Gandalf había visitado a Bombadil o no. En cualquier caso, [133]
por lo que parece ser un cambio inmediato, los comentarios del mago fueron
reescritos:
—Lo conozco, aunque casi nunca nos vemos. Yo soy una piedra rodante, y él
un acumulador de moho. Los dos tienen un trabajo que hacer, pero pocas veces
se ayudan mutuamente. Quizás hubiera sido más sabio haber buscado su