Page 133 - La Traición de Isengard
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Frodo y, por lo tanto, le pediré permiso para ser su compañero.
        —No podría elegir a nadie con más alegría —dijo Frodo—. Había pensado en
      rogar por aquello que me es libremente ofrecido. —Estrechó la mano de Trotter.
        —También  irá  Boromir  —indicó  Gandalf—.  Está  decidido  a  regresar  tan
      pronto como pueda a su propia tierra, al asedio y la guerra [136]   de los que nos ha
      hablado. Su camino corre con el nuestro. Es un hombre valeroso.
        —Por los Elfos elegiré a Galdor del Bosque Negro —dijo Elrond—, y por los
      Enanos a Gimli hijo de Glóin. Si están dispuestos a ir contigo, incluso sólo hasta
      Moria, te serán de ayuda. Eso hacen siete y ahí se completa.
        —¿Qué  hay  de  Meriadoc  y  Faramond  [>  Peregrin]  ?  —preguntó  Frodo,
      dándose cuenta de repente de que sus amigos no estaban incluidos—, Merry ha
      viajado lejos conmigo, y le dolerá que ahora lo dejen atrás.
        —Faramond [> Peregrin] iría contigo por amor a ti, si se lo [137] mandaras
      —dijo Gandalf—, pero su corazón no se inclina por aventuras tan peligrosas, a
      pesar de todo lo que te quiere. Merry se sentirá dolido, es verdad, pero la decisión
      de Elrond es sabia. Es alegre [merry] en nombre y alegre de corazón, pero esta
      búsqueda no es para él, ni para ningún hobbit, a menos que el destino y el deber
      lo elijan. Mas no te angusties: creo que puede haber otro trabajo para él, y que no
      permanecerá ocioso mucho tiempo.
        Cuando  se  hubo  decidido  de  esta  forma  el  nombre  y  el  número  de  los
      aventureros,  se  acordó  que  el  día  de  partida  debería  ser  el  jueves  próximo,
      diecisiete de noviembre. Los siguientes días fueron atareados en los preparativos,
      pero Frodo pasó tanto tiempo como pudo a solas con Bilbo. El tiempo se había
      hecho  frío,  y  ahora  era  triste  y  gris,  y  a  menudo  se  quedaban  sentados  en  el
      pequeño cuarto de Bilbo. Entonces, éste le leía pasajes de su libro (que todavía
      parecía  muy  incompleto),  o  fragmentos  de  sus  versos,  y  tomaba  notas  de  las
      aventuras de Frodo.
        En la mañana del último día, Bilbo sacó una caja de madera de debajo de su
      cama y levantó la tapa, hurgando en su interior.
        —Te han dado una buena espada, creo —le dijo, titubeando, a Frodo—, pero
      pensé que, tal vez, te gustaría también tener ésta o llevarla a cambio de la otra.
        Desde este punto, el nuevo texto alcanza virtualmente la forma final en CA
      pp.  384-385, [137]    hasta  « Me  gustaría  escribir  el  segundo  volumen,  si  vivo
      bastante» . Evidentemente, aquí era donde el capítulo terminaba en esta etapa.
        Durante  un  breve  tiempo,  mi  padre  sospechó  que  Meriadoc  y  Faramond  /
      Peregrin serían superfluos en lo que él concebía que sería la última etapa de la
      Misión. Resulta curioso que Elrond, al declarar su elección de Galdor del Bosque
      Negro y de Gimli hijo de Glóin, aquí se refiera a Moria, como si el pasaje de las
      Minas ya estuviera resuelto; no obstante, esto no pudo haber sido intencionado.
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