Page 403 - La Traición de Isengard
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El Bosque estaba cerca. Ya habían dejado atrás unos pocos árboles aislados. El
terreno empezaba a elevarse, cada vez más abrupto. Pero ello no frenó a los
orcos, que ahora estaban haciendo su último esfuerzo. Mirando a un lado, Pippin
vio que los jinetes que venían del Este ya habían alcanzado sus líneas, galopando
en la llanura, el sol poniente tocando las lanzas y los cascos y sus pálidos cabellos
flotantes. Estaban rodeando a los orcos, conduciéndolos a lo largo de la línea del
río. Se preguntó con inquietud qué clase de gentes serían. Deseó haber aprendido
más en Rivendel, haber mirado más mapas… pero entonces el viaje se
encontraba en manos más competentes, no había calculado que se vería
separado de Gandalf y Trotter… o aun de Frodo. Todo lo que podía recordar de
ellos era que él [léase ellos] le había dado un caballo a Gandalf. Eso [? sonaba]
bien.
Si el borrador original donde sobrevive es característico de las partes donde no ha
sobrevivido, como bien probable parece, se puede decir que este capítulo se
consiguió con mucha más facilidad que cualquier otra parte anterior de El Señor
de los Anillos.
La segunda versión de la última parte del capítulo sólo difiere en toques
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insignificantes aquí y allá de la forma final. Las hogueras de campamento
de los Jinetes fueron una adición posterior al texto; Grishnákh (ahora escrito así)
evidentemente ha tenido una experiencia personal con Gollum, pues sisea entre
dientes: « —Eso es lo que quieres decir, ¿eh?» (DT, p. 70-71); y en el punto
donde el capítulo termina en DT, este texto sólo tiene:
Allí murió al fin a manos de Eomer, el Tercer Señor de Rohan, que desmontó y
luchó con él, espada contra espada. Así terminó la aventura, y jamás ninguna
noticia llegó de vuelta a Mordor o a Isengard. [534]
Ni en el borrador ni en el segundo texto mi padre se detuvo en este punto, sino
que continuó, entrando en el capítulo siguiente de Las Dos Torres, « Bárbol» .