Page 99 - Tratado sobre las almas errantes
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un lugar dependiente por completo del voluntarismo de Dios. Enfocado desde un punto de vista,
            parece que salir del purgatorio depende únicamente de la Voluntad Divina. Si lo enfocamos desde
            otro punto de vista, parece que ni Dios puede sacar antes de tiempo a algunos pecadores masivos.

                   Si enfocamos el purgatorio como mera Justicia, el factor esencial es la Voluntad de Dios. Si
            enfocamos el purgatorio como sanación, el tiempo depende de la apertura de la voluntad humana a
            las  gracias  de  Dios,  pero  es  cierto  que  se  da  la  sensación  de  que  Dios  tiene  un  poder  bastante
            limitado para cambiar un alma. Los extremos de la cuestión, ciertamente, nos ofrecen los límites
            razonables:

                                              mero castigo—mera sanación

                                         sólo es Justicia—sólo es transformación


                   Qué duda cabe que la posición correcta se mueve entre esos límites siguiendo el criterio de
            lo razonable. Aunque, en mi opinión, aun siendo Justicia, el purgatorio en esencia es sanación. Y
            por eso un alma puede orar a Dios: sácame de aquí. Y Dios contestarle: Yo querría, soy el Amor
            Infinito, el Perdón Infinito, pero debes continuar allí.

                   Me  parece  que  la  solución  que  ofrezco  aquí  es  la  correcta,  porque  la  misma  doctrina
            teológica se puede aplicar al por qué es necesario un tiempo de prueba (o proceso) sobre la tierra
            como viador, al por qué es necesario el factor tiempo (otro proceso) en el purgatorio, y por qué el
            infierno es eterno para algunos espíritus (ausencia de proceso).

                   Así  que  volviendo  a  la  cuestión  primera,  ¿la  indulgencia  plenaria  saca  a  las  almas  del
            purgatorio inmediatamente? Sí,  pero admitir que puede haber excepciones, no significa negar la
            doctrina católica acerca del tesoro de la satisfacción de Cristo.







































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