Page 73 - Brugger Karl Crnica de Akakor
P. 73

Pasaron los años sin ningún acontecimiento decisivo. Los Blancos Bárbaros
                  continuaban extendiendo sus nuevos imperios. Los Ugha Mongulala vivían en
                  retirada de acuerdo con el legado de los Dioses. Lo único que quedaba del viejo
                  estilo de vida eran los guerreros que todavía se mantenían apostados en los ríos,
                  tal y como está escrito en la crónica:
                  Armados de arcos y de flechas, los guerreros de las Tribus Escogidas se pusieron
                  en camino. Subieron hasta las altas montañas y bajaron hasta el Gran Río. Atra-
                  vesaron rebaños de animales y de pájaros, prestos los cuchillos y afiladas las
                  lanzas de bambú. Y fueron también hasta la Gran Catarata, a donde llegaron para
                  mantener la vigilancia. Los guerreros se apostaron en las cuatro direcciones, en la
                  Dirección Azul, en la Dirección Negra, en la Dirección Roja y en la Dirección
                  Amarilla. Allí se apostaron para herir de muerte a los Blancos Bárbaros que se
                  atrevieran a avanzar hacia Akakor.
                  166
                  El elevado conocimiento de los sacerdotes
                  Los Dioses se hacen esperar. Aunque los sacerdotes han calculado que su
                  regreso está próximo y cercano, sus naves doradas aún no han aparecido. Mi
                  pueblo ha estado solo en lucha contra los Blancos Bárbaros, que lenta e
                  inexorablemente han ido integrando el Gran Bosque en su imperio. Pero los Ugha
                  Mongulala todavía no han sido derrotados. Los hombres continúan viviendo de
                  acuerdo con las leyes de Lhasa, protegidos por el conocimiento y la sabiduría de
                  nuestros Maestros Antiguos.
                  Para que lo que a continuación sigue sea comprensible, debo hablar una vez más
                  sobre la Edad de Oro, cuando los Dioses gobernaban un vasto imperio sobre la
                  Tierra. Durante miles de años, los sacerdotes han conservado y preservado el
                  legado de los Dioses. Nada se ha perdido, ni el conocimiento de los Padres
                  Antiguos ni los documentos secretos que se guardan en el Gran Templo del Sol
                  subterráneo. Estos se componen de grabados, de mapas y de dibujos misteriosos
                  realizados por los Dioses y que hablan sobre la enigmática y oscura prehistoria de
                  la Tierra.
                  Uno de los mapas muestra que nuestra Luna no es la primera y que tampoco es la
                  única en la historia de la Tierra. La Luna que nosotros conocemos comenzó a
                  acercarse a la Tierra y a girar en derredor de ella hace miles de años. En aquel
                  entonces el mundo tenia otro aspecto. En el Oeste, allí donde los mapas de los
                  Blancos Bárbaros solamente registran agua, existía una gran isla. Asimismo, en la
                  parte septentrional del océano se encontraba una gigantesca masa de tierra.
                  Según nuestros sacerdotes, ambas quedaron sumergidas bajo una inmensa ola
                  durante la primera Gran Catástrofe, la de la guerra entre las dos razas divinas. Y
                  añaden que esta guerra trajo la
                  167
                  .1',
                  desolación a la Tierra y también a los mundos de Marte \ de Venus, que es como
                  los Blancos Bárbaros los llaman.
                  Basándose en los documentos dejados por los Dioses, nuestros sacerdotes
                  conocen muchas de las cosas que siguen siendo desconocidas para los Blancos
                  Bárbaros. Conocen las cosas más pequeñas y las más grandes, y la materia de la
                  que todo se compone. Estudiaron el curso de las estrellas y las relaciones en la
                  Naturaleza. Exploraron las fuerzas espirituales del hombre, cómo gobernarlas y
                  cómo aplicarlas. Nuestros sacerdotes han aprendido a hacer que los objetos
                  puedan volar por el espacio, y a abrir el cuerpo del enfermo sin tocarlo. Saben
                  cómo transmitir el pensamiento sin utilizar palabras. Esto les permite comunicarse
                  con otras personas a través de las mas largas distancias, no en detalle, sino que
   68   69   70   71   72   73   74   75   76   77   78