Page 45 - Vive Peligrosamente
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La solución escogida por el Gobierno austriaco el 1 de mayo de 1934 se
          basaba sobre un nuevo "entende" de grupos sociales apoyado en un solo
          Partido político: el Frente patriótico. Sin embargo, dicha solución no podía
          contentar a una gran parte del pueblo austriaco, puesto que se exigía que los
          candidatos para  miembros del Consejo fueran nombrados por el propio
          Gobierno, y no en voto libre. Los acontecimientos de los meses de febrero
          y marzo de  1938 me llenaron de sorpresa, igual  que a toda la opinión
          pública, aunque los periódicos nos informaban, de una  manera escueta,
          sobre ellos y sobre las negociaciones en curso. El laconismo de la prensa
          nos obliga a  leer "entre líneas". Sin embargo, una cosa  estaba clara: No
          había otra solución que llegar al  establecimiento de unas relaciones
          normales entre los dos Estados alemanes y a una auténtica,  y pacifica,
          unión.
            Nosotros, los "nacionalistas", no nos molestábamos en pensar  en el
          "cómo". Nuestras  esperanzas  más optimistas no nos permitían pensar en
          una unidad completa, total, entre los dos Estados, a pesar de que éste fuese
          nuestro más ardiente deseo desde hacía un par de años.
            Pero cuando, el 12 de febrero de 1938, el canciller Schuschnigg efectuó
          una visita a Berchtesgaden, tuvimos esperanza. No cabía duda de que no
          tardaríamos  en llegar a la solución del  problema que considerábamos de
          vital importancia. Todos los círculos políticos y sociales de la  población
          vienesa padecieron la fiebre resultante de aquellas negociaciones políticas.
          Dondequiera que fuera, me encontraba con grupos de gentes que discutían
          la misma cuestión y exponían sus opiniones sobre ella. Los obreros y los
          empleados  públicos, los campesinos y  los industriales,  ¡todos!,
          absolutamente todos, estaban pendientes del desarrollo de los
          acontecimientos.
            Cuando Adolf Hitler habló en el Reichstag, el 20 de febrero de 1936, el
          problema austriaco ya había llegado a su fase decisiva. Su discurso tuvo por
          objeto el anunciar la formación del "gran Reich alemán"; habló de los
          sueños de los pueblos de origen alemán: la unión.
            Por otra parte, el discurso pronunciado ante los  representantes del
          "Frente patriótico" de Innsbruck el 9 de marzo de 1938, anunciando una
          elección popular para el día siguiente, fue un "guante blanco" tendido al
          Reich y a los nacionalistas austriacos.
            Schuschnigg había tomado la decisión de facilitar las  elecciones a
          espaldas de su propio gabinete. Se exigía al pueblo austriaco que alzara su
          voz para llegar a la formación de "un Estado libre y alemán, independiente
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