Page 9 - Vive Peligrosamente
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curiosidad hacia toda novedad relacionada con aquel vasto campo. Por ello,
ingrese en la "Escuela Técnica de Viena", en el otoño de 1926, y pasé,
satisfactoriamente, por los exámenes del primer semestre, llegando,
incluso, a hacer una disertación sobre el desarrollo de la construcción de la
maquinaria.
Entre mis amigos había muchos estudiantes de medicina; también
conocía a bastantes que habían obtenido ya su titulo de médico. Mis
relaciones con ellos me facilitaron el acceso al "Instituto Anatómico de
Viena", pudiendo, por tanto, asistir a varias conferencias médicas que me
hicieron sentir interés por la cirugía, lo que motivó me asaltaran algunas
dudas referentes a la elección de mi futura profesión.
Durante meses enteros estuve vacilando sobre si debía o no suspender
mis estudios técnicos para entregarme, totalmente, al estudio de la
medicina. Pero, después de afrontar infinitas dudas, decidí resueltamente
continuar fiel a la profesión que había elegido primero y proseguir mis
estudios de ingeniero, si bien esto no me privó de interesarme por los
progresos de la medicina, que aún hoy siguen interesándome.
No tuve necesidad de realizar grandes esfuerzos de concentración en
mis estudios. Tampoco tuve especial interés en sobresalir en ellos ni en
conseguir las mejores notas entre los de mi promoción. No me costó mucho
presentar adecuadamente los dibujos técnicos que se nos exigían, y aprendí
muy pronto a diseñar los proyectos que, más tarde, deberían ser realizados.
Pasé los exámenes sin tener necesidad de prepararme concienzudamente.
Mi vida privada, mis "idilios" estudiantiles, no me dejaban demasiado
tiempo libre para dedicarme por entero a los estudios, lo que, por otra parte,
nunca fue motivo de que tuviera que repetir un curso.
No pasó mucho tiempo sin que intimara con algunos de mis compañeros
de estudios. Eran más aplicados que yo, circunstancia que me proporcionó
la oportunidad de poderme aprovechar de sus notas y apuntes. También me
di cuenta que se inclinaban hacia las nuevas tendencias ideológicas,
sirviéndome también sus conocimientos para hacerme una idea de la
situación.
Durante los primeros años de estudios de la posguerra, los Institutos y
Universidades de Austria padecían las consecuencias de la primera guerra
mundial. Se "respiraban" en ellas las secuelas que aquélla había dejado,
principalmente porque entre los estudiantes de dieciséis y veinticuatro años
que las frecuentaban se mezclaban muchos "rezagados" que, en la paz,
continuaban sus estudios suspendidos por la guerra.