Page 267 - El Misterio de Belicena Villca
P. 267
más, continúan en la confusión. Claro, no resulta fácil reconocer el mensaje
porque ha sido emitido en la lengua de los pájaros... y sus sonidos sólo pueden
ser percibidos con la Sangre Pura.
¿Está claro entonces? El mensaje de los Dioses Leales permanentemente
resuena en la sangre de los hombres dormidos. Quien no lo oye es porque
padece la confusión estratégica o desconoce su existencia, que viene a ser lo
mismo. Pero ¿cómo debería cumplir su función el mensaje carismático? En dos
pasos. En primer lugar los Dioses hablan, en la sangre del hombre, de un
recuerdo primordial, de algo ocurrido al comienzo del Tiempo cuando el
Espíritu aún no había sido capturado por los Dioses de la Materia. Cómo los
Dioses logran hacerlo es un Misterio muy grande, del que sólo Ellos pueden
responder. Este “recuerdo primordial”, la “canción infantil” de la alegoría, ha sido
inducido con el propósito de que “active” el Recuerdo de Sangre propio del
hombre dormido.
Si tal cosa ocurre, entonces el hombre dormido experimentará una súbita
“nostalgia de otro mundo”, un deseo de “dejarlo todo y partir”. Técnicamente
significa que la Memoria de Sangre ha llegado “allí donde el Yo perdido se
encontraba”: sobre el sujeto consciente. Un contacto tal, entre el Yo y la Memoria
de Sangre, se realiza independientemente de la estructura cultural y la razón; y
ese es el objetivo buscado por los Dioses Leales. Se ha podido pues llegar a la
médula del Yo, por la vía de la sangre; será entonces, en ese fugaz momento
cuando se dejará oír la “Canción de A-mort”.
Hablaré ahora de la segunda parte del mensaje, al que he llamado
alegóricamente, “Canción de A-mort”. Ante todo diré que tal nombre no es
caprichoso pues la Sabiduría Hiperbórea enseña que, a partir de su Origen en
el Universo físico, es decir, desde su sincronización con el Tiempo, el Espíritu
permanece encadenado a la Materia por un Misterio de A-mort. Cuando el
Recuerdo de Sangre, activado por la primera parte del mensaje, abre un camino
(no racional; no cultural) hacia el Yo, entonces los Dioses Leales cantan la
Canción de A-mort, hacen participar al hombre en el Misterio. Si su sangre es lo
suficientemente pura como para que el mensaje carismático pueda ser
conciencializado entonces el hombre tiene la posibilidad de “orientarse” hacia el
Origen y mantenerse definitivamente “despierto”.
El Misterio de A-mort sólo puede ser revelado por la Sangre Pura,
interiormente, en un contacto trascendente con el Yo que se realiza sin
intervención de categorías culturales o racionales. Es, por lo tanto, una
experiencia absolutamente individual, única para cada hombre. Quien conoce
los secretos del Misterio de A-mort es un Iniciado Hiperbóreo trasmutado, es
decir, un Hombre de Piedra Inmortal.
El Misterio de A-mort es un descubrimiento personal, repito, único para
cada hombre sobre la Verdad de su propia Caída. Nadie puede conocer este
secreto y continuar igual. Y nadie, mucho menos, se atrevería a hablar de ello
una vez que la Suprema Experiencia ha tenido lugar. Por el contrario, muchas
veces los labios quedan sellados para siempre, los ojos cegados, y los oídos
cerrados. No son pocos los cabellos que se vuelven blancos ni menos las mentes
que se hunden en las tinieblas de la locura. Porque sólo un valor infinito puede
sostener, vivo y cuerdo, a aquel que ha visto el Engaño de los Orígenes y ha
comprendido, por fin, la Verdad de su Caída. Siendo el peso del secreto tan
267