Page 659 - El Misterio de Belicena Villca
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Elbruz; claro que las vicisitudes y peripecias pasadas hasta entonces, y que no
puedo narrar ahora, nos insumieron varios meses.
Inversamente a lo que había en La Brea, en el monte Elbruz existía un
Camino hacia Agartha, o hacia Venus, que es lo mismo . La misión
encomendada por Tarstein, y los Iniciados de la Orden Negra, consistía en
localizar la Puerta caucasiana de Agartha y unir tal lugar con la localidad de
Rastenburg, en la Prusia Oriental. ¿Cómo? Con los perros daivas; ordenando a
los dogos en el Cáucaso que alcanzaran Rastenburg, mediante un salto a través
del Tiempo y del Espacio. De ese modo, de acuerdo a las presunciones de
Tarstein, quedaría suprimida la distancia entre Elbruz y Rastenburg o, lo que
también es lo mismo, la Puerta de Agartha “quedaría” en Rastenburg.
¿Qué importancia tenía Rastenburg, para demandar semejante operación?
Entonces no lo sabíamos, pues sólo se nos pidió que ejecutásemos el plan antes
de Mayo de 1941, pero a partir del 22 de Junio, cuando el Tercer Reich inicia la
invasión a la Unión Soviética, el Cuartel General del Führer se instalaría en
Rastenburg.
El nombre clave del Führer era Lobo, Wolf, y por eso su centro de
operaciones del Este, el Trono desde donde se opondría con el Poder del Espíritu
a las más tenebrosas Potencias de la Materia, sería conocido como
Führerhauptquartier Wolfsschanze, es decir, Cuartel General Supremo Fuerte
del Lobo. Se hallaba en la provincia prusiana de Köningsberg, antigua plaza de la
Orden Teutónica, en medio de los bosques que crecen a orillas del Guber, y allí
aterrizamos Karl Von Grossen, Oskar Feil, Bangi, Srivirya, y Yo, un día de Mayo
de 1941: el resto de la legión permanecía acampada en el monte Elbruz, a 2000
km. de distancia. Igual que sus padres en el Tíbet, Yun y Yab habían respondido
a la orden de volar y salvaron en un instante la distancia establecida. Una vez en
Rastenburg, nos dedicamos a señalar el lugar exacto por donde descendieron los
perros daivas, pues hasta allí, estuviese donde estuviese el sitio, sería tendida
una vía férrea para estacionar el vagón del Führer. Teníamos orden estricta de no
movernos hasta no ser localizados por las tropas de la que había destacado
Himmler y que patrullaba constantemente la región. Un pelotón nos halló y de
inmediato todo un batallón ocupó la zona en la que, semanas más tarde, se
estacionaría el Wolfsschanze. Vale la pena recordar que en aquel mismo sitio, el
20 de Julio de 1944, un grupo de Generales traidores, los mismos que apoyaban
a Ernst Schaeffer, intentaron asesinar al Führer mediante la instalación de una
bomba de alto poder a escasos metros suyo. Desde luego, quienes desconocen
lo que era la puerta caucasiana de Rastenburg, aún no comprenden cómo el
Führer salió ileso del atentado.
Cuando al fin regresé a Berlín, en Agosto de 1941, era ya muy tarde para
despedirme de Rudolph Hess: el 10 de Mayo mi taufpate había volado a
Inglaterra para intentar neutralizar la Estrategia Golen que tenía dominado al Alto
Mando británico. Su vuelo fue concertado entre miembros de la Sociedad Secreta
inglesa Golden Dawn e Iniciados de la Thulegesellschaft, pero no bien aterrizó
fue capturado por los Druidas merced a la traición del alemán Abrecht Haushofer
y del británico Duque de Hamilton, y confinado en una prisión militar. Para la
Sinarquía hubiese resultado una catástrofe la paz entre Inglaterra y Alemania, y
su alianza contra la Unión Soviética, proyecto que Rudolph Hess estaba
autorizado a gestionar. Por lo tanto se lo incomunicó durante los años de la
guerra y se publicitó una supuesta demencia mientras se intentaba destruir
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