Page 125 - Mitos de los 6 millones
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New York (1 1-VI-73). Aufbau, New York (l3-VIII-48). Collier s, New York (9.VII-45).
                        Time, New York (18-11-57/31 -X-60/1 1-11-57/1 2-11-65). New Russian World, New
                        York (30-IX-60). Economic Council Letter, New York (1 5-IV-59). U.S. News & World
                        Report, New York (XIII.64/I-65). Jewish Sentinel, Chicago (30-III-78). Washington Daily
                        News (9-149).
                        Menorah Journal (I.IV-46). Chicago Tribune (3.1148). South Carolina Sunday Post (1 1-
                        VII-54). Portland Journal (13.II.33). Common Sense, Union, New Jersey (l5-IV-67). The
                        Broom, San Diego (I I.V.52). Our. Sunday Visitor (14-V159). Sunday Pictorial (9.149).
                        Deutsche Wochen Schrift, Saint Louis (20-IX-58). Jewish Chronicle, Londres (9-XI.28/8-
                        IX.39/8.V42-22-143). The Globe, Londres (IV.18). Week End,. Londres (25.29-IV-6
                        1/25.I-63). Jewish World, Londres  News Review, Londres (21.VII.38). Le Porc Epic,
                        Paris (3-XII.38). Pavés de Paris (3.11.39). Charivari, Paris (VIII-68). La Terre Retrouvée,
                        Paris (1 5.XII-66). L’Impossible Oubli, Paris (1970). Le Pilori, Paris (2-IX-38). Die
                        Zukunft, Berlin (1 7-X-1 4/4-111.19). Völkischer Beobachter, Berlin (2-IV-33).
                        Tagespiegel, Berlin (19.147. Das Parlament, Bonn (4-11-72. Deutsche National Zeitung
                        (23.11-73). Deutsche Wochen Zeitung (6-V-7 7/7.V.177). Europa-Action, Coburg (20-IX-
                        65). Nation-Europa, Coburg (VIII.56). Die Tat, Zurich (19.1.55). Baseler Nachrichten (13-
                        1V46). Central Blad voor Israeliten in Nederland (13-1X-39). South African Observer (VIH-
                        77). Toronto Evening Telegram (26.11-40). Nationalist News, Dublin (21-XII-64).
                        Evening Press, Dublin (1.65). Perseverance, Merredin, Australia (15 -5-77). Ainikeit,
                        Moscú (5-X1142). Deja, Bilbao (5-IX-78). Revista de Occidente, Madrid (II-1 977).
                        Mundo, Madrid (9-11-47).


                                   EPILOGO SOBRE EL LIBRO «HOLOCAUSTO»

                              Desde la terminación de este libro hasta el momento de su aparición, el tema de los
                        Seis Millones de judíos exterminados por los Nazis ha cobrado renovada virulencia con la
                        exhibición de la película televisiva «Holocausto», que ha aparecido en varios países de
                        Europa Occidental y en América, y que, según parece, debe aparecer en breve, igualmente,
                        en la TV Española. Dicha serie televisiva – cuatro capítulos de dos horas y media cada uno
                        – está basada en un libro escrito por un judío apellidado Green, y pretende estar basado en
                        hechos reales. Pero no hace falta ser un Sherlock Holmes de la Literatura para descubrir en
                        ese mediocre mamotreto un buen centenar de flagrantes contradicciones, que convierten la
                        obra en una verdadera e Involuntaria antología de la falsificación histórica.
                              Según el autor de «Holocausto», todos somos asesinos. Ya no se trata de los Nazis.
                        Ya no se trata de los alemanes. Se trata de, prácticamente, todos los Gentiles, es decir, de
                        toda la Humanidad, menos el Pueblo Elegido de Jehová. «Todos somos culpables...», dice,
                        hipócritamente, el introito de la versión telçvisiva americana. Ese «somos» vale su peso en
                        oro. Se da a entender a un público crédulo e idiotizado que el autor de «Holocausto» es un
                        Gentil que reconoce amargamente sus culpas. Y no sólo el plumífero que lo redactó, sino el
                        director cinematográfico que lo trasladó a la pantalla. Pero tanto uno como el otro son
                        judíos. Brodkin, el que lo filmó, es el mismo director que pariera «Roots» («Raices») en
                        que también se «reconoce» que los blancos, y la Raza Blanca en general, son unos salvajes
                        que medran gracias a la Esclavitud, cuando fue precisamente la Raza Blanca la que la abolió.
                        Igual que en «Raices», también en «Holocausto» aparece la historia de una familia; la
                        familia de un doctor judío que ejerce en Alemania. Esa familia, naturalmente, es amable y
                        compasiva. A pesar de ser una familia relativamente numerosa, parecen vivir muy bien, de
                        donde cabría suponer que se ganan bien la vida, pues el único que trabaja es el padre, el
                        doctor. Un hijo es artista, con escaso éxito, debido sin duda a la sensibilidad del ambiente
                        alemán que le rodea, y el otro un futbolista de talento aunque, por motivos oscuros, e
                        inexplicados en el libro, no ejerce como profesional.

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