Page 120 - Mitos de los 6 millones
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CONCLUSION

                              Creemos haber demostrado, en las páginas precedentes, los siguientes puntos:

                              1) Los Nazis querían que los judíos emigraran; de Alemania, primero. De toda
                        Europa después. Pero no querian liquidarlos físicamente. De haberlo querido, más de
                        quinientos mil judíos no estarían actualmente en Israel cobrando indemnizaciones de
                        Alemania Federal. Si algo les sobró a los Nazis para exterminar a los judíos fué tiempo.
                        Seis años desde que empezó la guerra y doce desde que tomaron el poder, muy
                        democráticamente por cierto.
                              2) Es un hecho histórico que los Nazis intentaron solucionar el problema judío a
                        base de facilitar su emigración ordenada a otros paises. Las grandes «democracias», que
                        mantenían inexplorados y vacíos inmensos territorios no dieron ciertamente facilidades. El
                        poderoso movimiento sionista no presionó tampoco para activar una emigración ordenada,
                        tal como deseaba Hitler. A tal movimiento político incluso le convenía que algunos
                        cientos de miles de correlegionarios suyos pasaran penalidades en Europa. Penalidades que
                        luego se cobrarían al ciento por uno, política o económicamente, y ayudarían a mantener la
                        cohesión del Judaísmo. Hitler ofreció una solución del problema judío en el discurso ante el
                        Reichstag el 6 de Octubre de 1939, después de la campaña de Polonia. A parte de proponer
                        la paz, el punto 3º de su discurso vetsó sobre «Un intento de ordenar y solucionar el
                        problema judío». Su propuesta no halló el menor eco en los gobiernos de las democracias
                        occidentales.
                              3) Ni un sólo judío fué gaseado en Alemania y Austria, y cada vez hay más pruebas
                        de que tampoco ocurrió en Auschwitz. Está demostrado que las pretendidas pruebas
                        presentadas sobre los supuestos gaseamientos en Auschwitz son burdas mentiras,
                        culminadas con el milagro atribuido a los Nazis, capaces de dinamitar las cámaras de gas,
                        para hacer desaparecer las huellas de su crimen, sin que los crematorios, que se hallaban en
                        el piso de encima, según las autoridades polacas, sufrieran daño alguno. Hubo ciertamente
                        crematorios para incinerar a los que habían muerto por diversas causas, incluyendo los
                        genocidas raids aéreos de la aviación Aliada.
                              4) La mayor parte de los judíos que perecieron en pogroms lo fué a manos de las
                        poblaciones civiles antes de la llegada de la Wehrmacht, la cual estaba interesada en el
                        «manpower» que podían representar los judíos en la industria y la agricultura.
                              5) La mayor parte de los judíos que perecieron a manos de los alemanes eran
                        elementos subversivos, espías o partisanos. En muchas ocasiones, también, los judíos eran
                        víctimas de las represalias contra las actividades dé los citados partisanos. Las ejecuciones
                        de rehenes, con todo lo lamentables que puedan ser, están previstas en todos los códigos
                        militares del mundo, y su justificación radica en la existencia de los propios partisanos.
                        Son éstos los que rompen la barrera entre combatientes y no-combatientes al no llevar
                        uniforme y refugiarse en el anonimato de la población civil. Lo que pueda sucederle a éste
                        será responsabilidad de los partisanos, que actúan fuera de las leyes de la guerra, y no del
                        ejército regular. También perecieron muchos judíos, en los campos de concentración,
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                        ejecutados por actos de sabotaje.   La ejecución de saboteadores en tiempo de guerra está
                        igualmente prevista en los códigos militares, y no sólo en el alemán.
                              6) Si fuera cierto que los Nazis ejecutaron, de hecho, a Seis Millones de judíos, el
                        Judaísmo solicitaría subsidios y más subsidios para fomentar las investigaciones sobr el
                        Genocidio, e Israel pondría sus archivos a disposición de los historiadores. Ni el Judaísmo

                        1   Los propios judíos se han enorgullecido de su labor de sabotaje. Por ejemplo, en el campo de Dora,
                        donde se fabricaban las V-2, los judíos sabotearon su puesta a punto, de manera que un buen porcentaje
                        de las mimas quedaron inutilizadas. En Sachsenhausen la dirección del campo debió solicitar, la ayuda
                        de la Gestapo ante la magnitud de los sabotajes en la fabricación de motores Heinkel. («Impossible
                        Oubli», Paris, 1970).

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