Page 119 - Mitos de los 6 millones
P. 119
«Holocausto» que «lo que sucedió en Alemania pudo haber igualmente pasado en cualquier
otro lugar de América o de Europa».
Los derechos de esta cinta han sido adquiridos por las principales cadenas de
Televisión de Europa, con la Televisión de la República Federal Alemana en primer lugar.
Como hemos dicho se ha pretendido que «Holocausto» era una historia«real».
Como tantas cosas que se dicen relacionadas con el tema del Fraude, ello es falso. En la
revista «Thunderbolt» en 1978 apareció una reproducción de un contrato concluido entre
«Bantam Books» y el autor de Holocausto, en el que se reconoce explícitamente que ese
libro es una novela, cuyo autor es G. Green y está basada en la historia de dos familias
ficticias. Incidentalmente, nos enteramos que Berger y Brodkin no son más que los
adaptadores de la novela a la TV,y de que el director es Marvin Chomsky. Finalmente, el
editor de la novela es S. Apfelbaum. Todos estos indivíduos son judíos.
De una cosa estamos seguros. Cuando «Holocausto»llegue a Europa, y se
imponga, a través de todas las cadenas de Televisión, públicas y privadas, a las gentes, se
preparará otro «show» televisivo, o se descubrirán, muy oportunamente, en una buhardilla,
las «memorias» de un niño paralítico, perseguido por los nazis. Entonces se haráuna
edición especial de un par de millones de ejemplares, la Prensa, la Radio y la Televisión
actuarán de caja de resonancia. se volverá a hablar ad nauseam del Gran Fraude, e Israel
volverá a obtener substanciales reparaciones de la República Federal. Y vuelta a empezar.
En la presente obra nos hemos limitado a la demolición del Fraude, el mayor y más
vergonzoso de la historia de la Humanidad. No hemos querido ocuparnos de una
comparación de la conducta general de Alemania. en la pasada guerra, con la de los Aliados,
tanto soviéticos como Occidentales. Ello lo deja. mos para otra ocasión. Nos limitaremos a
exponer que al final de la contienda y durante treinta y tres años, se ha ido ejecutando a
miles de vencidos e imponiendo diversas penas a cientos de miles, sin que ni uno solo de
los vencedores haya sido acusado de crímenes de guerra. Esto sólo ya demostraria, si fuera
necesario, la absurdez del maniqueísmo instaurado, con pretensiones de Justicia, cuando se
callaron los cañones empezó a hablar la Venganza. hipócritamente disfrazada de Moral. Esto
sólo ha sido posible porque los medios de comunicación, tanto en las democracias
occidentales como en las pópulares se hallan en manos, ya de sionistas, ya de individuos
sirviendo a intereses sionistas, directa o indirectamente; dichos medios de comunicación
constituyen la máquina de mentir más perfecta que se ha inventado, mucho más perfecta de
lo que individuos dotados de criterio independiente imaginan:
También sin ser objetivo, el contenido de esta obra implica una relación con
Palestina. La «justificación» que los judíos – se presenten o no como sionistas – , dan para
la expulsión de los árabes de Tierra santa se apoya en la leyenda de los Seis Millones en
gran parte. Naturalmente, el argumento es tan débil que no merece ni la denominación de
tal; Palestina no fué invadida por Seis Millones de judíos muertos, ni por un sólo judío
muerto, sino por dos o tres millones de judíos vivos. Y, en todo caso, no parece susto, ni
razonable, ni equitativo, ni digno de un cerebro normal, hacer que los árabes paguen por lo
que se afirma que los alemanes hicieron a los judíos en Europa. Se ha dicho que Israel es un
refugio para los perseguidos. Esto es falso. Nadie persigue ahora a los judíos. Y, por otra
parte, no se ha admitido en Israel a todos los que tuvieron dificultades con los Nazis. Ya
hemos visto el caso de Rita Eitani, y el del Padre Rufeisen. En Israel son admitidos a
residir como nacionales sólo judios de raza, que no hayan adoptado otra religión, e
independientemente de que hayan o no hayan tenido problemas con los Nazis.
El Fraude de los Seis Millones, pues, sirve para perpetuar el chantaje a Alemania
Federal, que subvenciona el inviable y artificial estado israelita. Tam bién sirve de caución
moral a Israel, con la falacia del «estado-refugio». Paralelamente, sirve, como hemos visto,
los intereses de la Unión Soviética, al presentarse al pueblo alemán como un hato de
salvajes, capaces de perpetrar un genocidio sin par en la historia del mundo.
— 119 —