Page 105 - Santoro, Cesare El Nacionalsocialismo
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comunicado a Berlín, París, roma, Bruselas y Varsovia. En esta memoria se manifiesta
                  la  satisfacción  de  que  las  proposiciones  de  Hitler  no  sólo  se  ocupen  de  cuestiones
                  técnicas de armamento, sino también de las garantías políticas contra un ataque.
                  El  Gobierno  francés,  en  su  respuesta  del  17  de  marzo,  hizo  constar  su  decisión  de
                  mantener  sus  reservas  contra  la  moción  presentada  por  Alemania.  El  17  de  abril,  el
                  Gobierno  francés  declaraba  en  una  segunda  nota,  sin  más,  como  inútiles  las
                  negociaciones.
                  Por  esta  razón,  el  Führer,  de  acuerdo  con  el  Ministro  de  la  Guerra,  preparó  la
                  introducción  del  servicio  militar  a  corto  plazo  y  del  Servicio  obligatorio  general,  es
                  decir,  la creación del  Ejército  nacional.  La  implantación  del  Servicio  militar  por  dos
                  años  en  Francia  aceleró  esta  decisión  que  inesperadamente  se  hizo  pública  el  16  de
                  marzo de 1935.
                  En este día el Gobierno, con la rapidez del rayo, acordó la ley “Sobre la reorganización
                  del Ejército” y a la vez dirigió una proclamación al pueblo alemán. Se recordaba que
                  Alemania,  en  noviembre  de  1918,  confiada  en  la  seguridad  que  se  le  había  dado
                  mediante los 14 puntos de Wilson, y creyendo en un nuevo orden en las relaciones entre
                  los  pueblos,  había  depuesto  las  armas  tras  una  gloriosa  resistencia  de  cuatro  años  y
                  medio; exponía como había sido tratado el pueblo alemán por el Dictado de Versalles ,
                  imponiéndole  el  desarme  total  con  la  promesa  de  que  se  efectuaría  un  desarme
                  internacional.  Alemania  cumplió  las  obligaciones  de  desarme  que  se  le  impusieron,
                  como consta en las comprobaciones hechas por la Comisión de control interaliada:
                  Fue  destruido  el  siguiente  armamento  del  Ejército:  59.897  cañones,  130.558
                  ametralladoras,  31.470  lanzaminas,  6.000.700  fusiles  y  carabinas,  243.937  tubos  de
                  ametralladora,  28.001  cureñas,  4.390  cureñas  de  lanzaminas,  38.750.000  proyectiles,
                  16.550.000 granadas de mano y de fusil, 60.400.000 espoletas, 491.000.000 proyectiles
                  de armas cortas, 335.000 toneladas de vainas de proyectiles, 23.515 toneladas de vainas
                  de cartucho, 37.600 toneladas de pólvora, 79.500 polvorines, 212.000 teléfonos, 1.072
                  lanzallamas,  31  trenes  blindados,  59  tanques,  1.762  coches  exploradores,  8.982
                  estaciones  de  telegrafía  sin  hilos,  1.240  hornos  de  campaña,  2.199  pontones,  981,7
                  toneladas  de  piezas  de  equipo  para  soldados,  8.230.350  utensilios  de  mochila  para
                  soldados,  7.300  pistolas  y  revólveres,  180  trineos  de  ametralladora,  21  talleres
                  portátiles,  132  carros  de  cañones  antiaéreos,  11  armones,  64.000  cascos  de  acero,
                  174.000  máscaras contra  gases  asfixiantes,  2.500  máquinas  de  la  industria de guerra,
                  8.000 cañones de fusil.
                  Las armas aéreas  destruidas  fueron:  15.714  aeroplanos de caza  y  bombardeo,  27.757
                  motores de aeroplano.
                  Los buques de guerra destruidos fueron: 26 buques de línea, 4 acorazados de costa, 4
                  cruceros  acorazados,  19  cruceros  ligeros,  21  barcos  escuela,  83  torpederos,  315
                  submarinos.
                  Además tenían que ser destruidos: vehículos de toda clase, material y medios defensivos
                  contra  el  gas,  explosivos,  reflectores,  ajustadores  de  tiro,  telémetros,  fonoscopios,
                  instrumentos  ópticos  de  toda  clase,  arreos  para  caballerías,  material  de  vía  estrecha,
                  imprentas de campaña, cocinas de campaña, talleres, armas blancas, cascos de acero,
                  carros para transporte de munición, máquinas corrientes y especiales de la industria de
                  guerra, cobertizos y hangares para aeroplanos y globos, etc.
                  Después del cumplimiento de un dictado sin precedentes en la Historia, Alemania tenía
                  derecho a esperar que la parte contraria cumpliera también las obligaciones impuestas
                  por aquel, pero fue defraudada. Ocurrió precisamente todo lo contrario: muchos estados
                  se  e  armaron.  Las  máquinas  de  destrucción  inventadas  durante  la  guerra  fueron
                  perfeccionándose  mediante  un  trabajo  científico  y  metódico;  los  poderosos  tanques



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