Page 147 - Santoro, Cesare El Nacionalsocialismo
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Esta ayuda se aplicó en primer lugar a la ampliación de las llamadas viviendas de
urgencia y provisionales. Con el avance de la crisis económica, los municipios fueron
colocados, en lo que se refiere a la vivienda y al fomento de su construcción, ante un
problema cuya solución ofrecía máximas dificultades. El número de familias sin hogar
se elevaba cada vez más; pero, por haber caducado en abril de 1933 la “ley sobre la
escasez de viviendas”, los municipios perdieron la ocasión de incautarse de antiguas
viviendas baratas para el alojamiento de las familias sin hogar. Sin embargo, los
municipios, en virtud del derecho general administrativo y de policía, están obligados a
proporcionar albergue, de cualquier manera que sea, a tales familias aun cuando sólo
sea con carácter provisional. En vista de estas circunstancias, el Gobierno, a raíz de
cesar la ley respectiva, dispuso destinar 15 millones de marcos para la construcción de
casas, promoviendo con esta ayuda la edificación de unas 14.000 viviendas.
En su mayoría las viviendas fueron levantadas con un piso solamente y se rodearon de
huertos o jardines para poner a las familias, generalmente numerosas, en el más íntimo
contacto posible con la tierra.
Las circunstancias en el mercado de la vivienda continuaron mostrando que los
esfuerzos de liberar a las clases modestas de las malas condiciones de alojamiento que
padecían, en las casas de vecindad y habitaciones inadecuadas de la más variada
especie, no podían realizarse sólo con los medios existentes hasta entonces. La
reimplantación de la administración municipal del alojamiento fue de nuevo objeto de
discusión en los centros competentes; se inició la tentativa de ayudar también por otros
medios a las clases sociales que más intensamente sufrían bajo la escasez de la vivienda
y que se hallaban impotentes de librarse de ella por esfuerzo propio.
El Gobierno del Reich acordó impulsar la construcción de viviendas baratas en forma de
casas para una o para más familias (viviendas populares) cuyos precios de alquiler
pueden ser soportados por la clase obrera que sólo dispone de un salario modesto. Para
este fín, en virtud de la ley del 30 de marzo de 1935, se han concedido hasta fines de
1937 unos 70 millones de marcos en préstamos para la construcción de viviendas
populares (1.000 marcos por vivienda como término medio). Con esto se ha ayudado a
la construcción de 69.000 viviendas populares. A principios de mayo de 1938, el
ministro de Trabajo puso nuevamente 48 millones de marcos a la disposición con objeto
de distribuirlos en calidad de préstamos del Reich para continuar la construcción de
viviendas populares. En consecuencia, se han destinado hasta ahora 118 millones de
marcos con ese fín. Como el término medio de los préstamos para viviendas populares
es de unos 1.300 marcos, con la cifra indicada de los 48 millones se puede ayudar a la
construcción de unas 30.000 viviendas populares.
Las viviendas populares, a diferencia de las casas de vecindad de antes, se construyen
bajas y para una familia (en filas sencilla o dobles); sólo ahí donde falta terreno
adecuado para construir o donde éste es relativamente caro, pueden ser construidas
casas de tres o cuatro pisos.
Cada casa debe tener una parcela de jardín o de tierra tan grande como sea posible. Se
ha concedido especial interés a que el precio del alquiler permanezca módico, en
general no debe pasar de un quinto de los ingresos de las personas para las cuales están
destinadas las viviendas. Si las condiciones económicas del inquilino se mejoran o la
familia se aumenta debe existir la posibilidad de ampliar la vivienda o convertir tres
viviendas en dos o hacer de dos una.
Además de esto, el saneamiento de las ciudades llegó a constituir uno de los temas más
importantes cuya resolución había sido siempre aplazada en los años anteriores a 1933.
El estado sanitario y de urbanización había llegado a ser insostenible en gran número de
ciudades grandes y pequeñas. Para emprender su saneamiento, el Reich en los años
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