Page 150 - Santoro, Cesare El Nacionalsocialismo
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encargadas de la protección social de la vivienda obrera y especialmente de la colonia
pequeña.
En virtud de esta reforma, todo alemán digno y carente de medios económicos es
admitido en principio como aspirante a colono; el lo mismo como su mujer ha de ser
ciudadano alemán, ario, de toda confianza, sano y sin ninguna tara hereditaria. En
contraste con lo que ocurría antes, la colonia se nutre en primer lugar de la planta de
obreros de las empresas industriales, sobre todo cuando éstas intervienen
económicamente, de manera decisiva, en la construcción de la colonia o la ayudan de
alguna otra manera.
En la ejecución de estos planes lo que decide son puntos de vista económicos. Para
evitar toda inversión falsa, las nuevas colonias serán construidas en adelante allí donde
se crea poder garantizar de manera permanente la existencia económica del colono. La
selección minuciosa del colono está asegurada por la colaboración de los servicios del
hogar obrero del Frente alemán del Trabajo; en casos extraordinarios, mediante un
reconocimiento oficial médico. La calidad de los terrenos para colonias y la modicidad
del precio de compra o de la amortización también son objeto de detenido examen. A la
vez se cuida de que el colono tenga segura la base de su existencia. De aquí que en
principio sólo se concede la calidad de colonos a los aspirantes que tienen un ingreso
principal de carácter permanente y seguro.
Los gastos de cada una de las viviendas y las cargas totales que de aquí resultan, hay
que mantenerlas lo más bajo posible para que esto redunde en beneficio de los colonos;
así se ha prescrito que los gastos de construcción y de instalación, sin contar el precio de
la granja, no deben pasar de 4.000 marcos; en caso de existir circunstancias que
aumenten el precio, este no debe pasar de 6.000 y, sólo en casos muy especiales, puede
elevarse a 7.000 marcos. Por su parte, los recargos mensuales deben oscilar de 25 a 35
marcos y sólo en casos muy excepcionales pueden llegar a 40 marcos; en ningún caso
deben pasar del 25% del ingreso neto de la familia del colono.
Las parcelas para la edificación de colonias deben tener una superficie útil de mil
metros cuadrados para dar al colono un terreno que le permita suficiente beneficio. Las
casas de la colonia son sólidas, sencillas y prácticas. Se debe prestar más atención a la
instalación económica práctica que a la disposición más o menos aventajada de la parte
habitada. El éxito de la colonización debe estar asegurado mediante la protección y el
asesoramiento económico del colono.
De esta manera la colonia pequeña se ha establecido sobre una base del todo nueva y
económicamente sana y razonable; un nuevo estilo de aportación de medios económicos
facilita su desarrollo posterior. Al principio los gastos de edificación e instalación tenían
que ser cubiertos casi exclusivamente por medio de los préstamos del Reich, mientras
que ahora tanto los gastos de construcción como los desembolsos para la compra del
solar, se obtienen, hasta donde es posible, por medio de capital privado conseguido en
primera hipoteca y, siempre que sea factible, en segunda. Los colonos tienen que aportar
del 10 al 15% del valor de la construcción y del solar. De aquí se deduce que los fondos
del Estado sólo se necesitan para completar los gastos que no lleguen a cubrirse de otra
forma.
El impulso, de que fue objeto la construcción de colonias, se colige del hecho de que
desde el año de 19131 hasta abril de 1933 se han edificado 30.000 viviendas rurales
(Kleinsiedlungen) para el personal de las fábricas en Alemania; en los dos últimos
meses del año de 1933 alcanzaron la cifra de 17.611; en 1934 ascendieron a 30.628; en
1935/36 a 91.000, no contando las 12.000 que se encontraban en construcción a fines
del año de 1936. En 1937 se asentaron 31.260 viviendas rurales que representan el
10’2% de las nuevas construcciones de viviendas.
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