Page 157 - Santoro, Cesare El Nacionalsocialismo
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año 1932 104,7 millones de toneladas; 1933, 109,7; 1934, 124,9 ; 1935, 143; 1936, 158;
1937, 184,5. La extracción de lignito ofrece un progreso idéntico; 1932, 122,65; 1933,
126,79; 1934, 137,2; 1935, 147; 1936, 161,37; 1937, 184,7.
Un cuadro no menos imponente nos lo da el estudio de la producción de acero y hierro
fundido y de las industrias siderúrgicas en general. La producción de acero ofrece, en
toneladas las cifras siguientes: 1933, 9.660; 1934, 13.555; 1935, 16.010; 1936, 18.614;
1937, 19.202. En el año de 1938 la producción se calcula que ascenderá a unos 21
millones de toneladas. La producción de acero fundido ha ascendido de 1,4 a 3,7
millones de toneladas. La extracción de mineral de hierro alemán arroja las cifras
siguientes: 1932, 1,3 millones de toneladas; 1933, 2,6; 1934, 4,32; 1935, 6; 1936, 7,5 y
1937, 9,6.
Sin embargo, el éxito material inmediato no es lo decisivo. Hasta ahora, el jefe de
empresa estaba acostumbrado y obligado por las circunstancias a seguir el desarrollo
económico casi exclusivamente por los cálculos hechos con su lápiz y a deducir el
resultado financiero del año de las lecturas tomadas de su balance propio o de las
estadísticas oficiales. Ahora recibe una enseñanza objetiva clara, que le instruye sobre la
importancia relativa de la pura observación de los números, la cual aún hecha con toda
la precisión sufre la considerable influencia de otros factores, que están fuera de los
cálculos numéricos referentes a la marcha y rendimiento de su empresa.
Los años transcurridos desde la revolución nacional han reforzado en todos los
industriales alemanes la convicción de que precisamente tales factores relativos al
desarrollo de la política y del Estado ejercen una enorme influencia sobre la esfera
económica, aunque a primera vista parece que estuviesen fuera de ella.
La confianza en el Gobierno y en el porvenir influyen actualmente en su grado máximo
en lo que hace o deja de hacer el industrial, y le protege contra los obstáculos y
dificultades que acaso tenga que vencer en su obra. La eliminación de la dualidad del
Estado y de la Economía, la eliminación de la lucha de clases, los nuevos caminos
emprendidos para el restablecimiento de una verdadera comunidad del pueblo, la
colaboración sincera y fraternal entre el patrono y el personal, son conquistas sociales
que han aumentado la alegría del trabajo y desplegado la capacidad del espíritu creador.
El concepto de “”trabajo productivo” ha podido elevarse sobre lo puramente material
hasta llegar a adquirir la conciencia del cumplimiento del deber nacional y de la
responsabilidad propia en el destino colectivo de la Nación.
¿Mediante qué líneas directrices y de organización se han podido obtener estos
resultados tan favorables?
En la declaración programática, ya citada al principio de nuestra obra, Adolfo Hitler
anunció que el nuevo gobierno se proponía “velar por los intereses económicos del
pueblo alemán no por el camino tortuoso de una economía burocrática organizada por el
Estado sino por el impulso más fuerte dado a la iniciativa particular sobre la base del
reconocimiento de la propiedad privada”.
El reconocimiento del principio de que, en contraste con lo que ocurre en la Rusia
soviética, el estado tiene por misión dirigir la Economía pero no administrarla por sí
mismo (función que corresponde exclusivamente a la Economía misma) no puede ser
más explícitamente expresado. También así ha sido establecido solemnemente el
principio de la propiedad privada con lo que se estimula al patrono a ensanchar más su
empresa para alcanzar los mayores resultados posibles.
Estos dos principios determinan las normas directivas para la reorganización
nacionalsocialista de la economía industrial; aquellas exigen una administración
autónoma cuya misión consiste en asesorar y tutelar a las asociaciones industriales o a
los socios que forman parte de ella. Esta administración tiene el deber de transmitir al
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