Page 168 - Santoro, Cesare El Nacionalsocialismo
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deshizo como un castillo de naipes sepultando consigo el disparatado tinglado de las
                  reparaciones. El terrible golpe que le fue asestado al edificio del crédito alemán durante
                  el año de 1931 y sobre todo en el mes de julio está aún fresco en la memoria de todos:
                  cierre  temporal  de  los  bancos  y  bolsas,  garantía  del  Reich  al  Danatbank  y  ayuda  al
                  Dresdnerbank,  redescuento  del  15%  del  Reichsbank,  control  riguroso  de  divisas,
                  moratoria, suspensión de pagos de numerosos bancos, emigración de capitales por valor
                  de ¡4.900 millones de marcos!
                  Si  bien  algunos  políticos  de  diferentes  naciones  intentaron  salvar  la  situación,  no
                  consiguieron encontrar el necesario apoyo para resolver la crisis por el camino de una
                  colaboración internacional. La suerte estaba echada.
                  La memoria de la Comisión especial  consultiva del Banco Internacional de Pagos de
                  Basilea, de fecha 23 de diciembre de 1931, contiene la siguiente afirmación: “Todos los
                  países  han  sufrido  grandes  trastornos  a  consecuencia  de  la  crisis  de  crédito  de  este
                  verano,  pero  en  Alemania  sus  efectos  han  sido  desoladores.”  Y  más  adelante:  “Las
                  cargas tributarias en Alemania son tan enormes que no es posible aumentarlas más.” Así
                  se  vio  obligado  todo  el  mundo  a  deducir  las  consecuencias  de  la  nueva  situación,  a
                  concertar en enero de 1932 el “Convenio de crédito alemán” y algunos meses más tarde,
                  en Lausana, a derogar el pago de las reparaciones.
                  Las deudas extranjeras, como queda mencionado, fueron la consecuencia de la política
                  de las reparaciones y de la equivocada colocación de créditos y siguieron invariables a
                  fines  de  1930  con  un  importe  superior  a  25.000  millones  de  marcos,  de  los  cuales
                  alrededor de 15.000 millones eran a corto plazo. Actualmente estas deudas ascienden a
                  11.000  millones,  es  decir,  a  algo  menos  que  las  reparaciones  pagadas  desde  el  Plan
                  Dawes,  incluidos  los  intereses  correspondientes.  A  pesar  de  las  enormes  dificultades
                  que el extranjero han impuesto al comercio exterior alemán, el Reich, en el curso de 6
                  años, no sólo pudo mantener el pago de los intereses por valor de varios millones de
                  marcos al año, sino además reembolsó más de 8.000 millones de las deudas originales
                  que  a  raíz  de  la  toma  del  poder  por  el  nacionalsocialismo  importaban  unos  20.000
                  millones de marcos. Desde luego hay que anotar que la reducción de 4.000 millones ha
                  sido debida a la desvalorización de algunas monedas extranjeras.
                  Alemania  no  ha  retirado  su  firma  con  la  cual  contrajo  estos  compromisos.  El  Dr.
                  Schacht, ha repetido a menudo que Alemania se esforzará siempre (mientras esto sea
                  posible, es decir, en tanto lo permitan las reservas de divisas del Banco) en satisfacer los
                  créditos  existentes.  “No  queremos  olvidar”  -dijo  en  su  discurso  pronunciado  en
                  Königsberg el 18 de agosto de 1935- “que nuestros acreedores extranjeros no son los
                  gobiernos,  sino  millares  de  ciudadanos  de  esos  países  los  que  nos  han  prestado  sus
                  ahorros.”

                  Por lo que antecede, no debe extrañar que las reservas de oro y divisas del Reichsbank
                  hayan disminuido a una suma tan insignificante.
                  Tales reservas importaban, a fines de 1931, 1.156 millones de marcos y esto después
                  que  la  crisis  bancaria  había  ocasionado  una  reducción  de  más  de  3.000  millones  de
                  marcos; en  el curso del  siguiente año disminuyeron  estas  reservas a 920  millones.  A
                  fines de 1933 llegaron a un nivel de 395 millones de marcos, a pesar de un ingreso de
                  divisas por importe de 100 millones de marcos, realizado en virtud de la ley “contra la
                  traición a la Economía alemana” de julio de 1933.
                  La política de procuración de trabajo del Gobierno nacionalsocialista ha tenido como
                  consecuencia un aumento en las importaciones de materias primas; desde el punto de
                  vista de las divisas esto tiene una importancia especial ya que los precios de aquellas
                  mostraron  en  el  invierno  de  1933/34  una  tendencia  al  alza.  Este  aumento  de  las



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