Page 169 - Santoro, Cesare El Nacionalsocialismo
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importaciones junto con las dificultades cada vez más agudas que encontraba a su paso
                  la exportación alemana, hizo que la balanza comercial alemana que en 1933 señalaba un
                  saldo favorable de 667  millones de  marcos se  convirtiera en un  saldo  pasivo  de 284
                  millones en el  año de 1934. Este saldo negativo, los crips (abreviatura que significa:
                  obligaciones de la Caja de conversión de las deudas exteriores alemanas) así como las
                  demás obligaciones de capitales hicieron disminuir rápidamente las reservas de oro  y
                  divisas del Reichsbank, de forma que a fines de marzo de 1934 éstas importaban 245
                  millones de marcos y a fines de junio llegaban solamente a 77 millones.
                  Tan pronto como pudo darse cuenta de este alarmante estado de cosas, el Reichsbank a
                  principios  de  marzo  de  1934  tomó  las  medidas  adecuadas  para  contrarrestarlo.  El
                  contingente de importación de divisas que desde mayo de 1932 hasta febrero de 1934
                  había permanecido inalterable en el nivel de 50% de los años de 1930 y 1931, se redujo
                  al 45% en marzo de 1934, al 35% en abril, al 25% en mayo, al 10% en junio y al 5% en
                  julio del mismo año. Además, en virtud de la ley “sobre el comercio de materias primas
                  y mercancías semi-manufacturadas extranjeras”, de fecha 21 de marzo de 1934, se dictó
                  la  prohibición  temporal  de  importar  materias  primas  importantes.  Las  oficinas  de
                  control tenían a su cargo de moderar la adquisición de las materias primas.
                  Estas medidas no produjeron sin embargo el resultado esperado, en parte por que había
                  que cumplir con  los contratos ya concertados en meses anteriores que obligaban a la
                  aceptación ulterior  de mercancías,  en  parte también  porque, mediante el  convenio  de
                  pagos llamado de la “cláusula de Suecia”, las cuentas especiales de los Bancos emisores
                  extranjeros abiertas en el Reichsbank hacían ineficaces estas mismas medidas. A fines
                  de junio el Reichsbank se vio obligado a recurrir a un expediente de carácter transitorio:
                  el reparto de divisas, limitando su entrega diaria al monto de su ingreso. Las solicitudes
                  para la adquisición de divisas eran atendidas según su grado de urgencia repartiéndolas
                  en proporción a las que ingresaban diariamente.
                  El Reichsbank pudo de este modo detener el retroceso ulterior de las existencias de oro
                  y divisas que había descendido a 75 millones. Sin embargo, como por este medio sólo
                  regulaba el pago pero no limitaba la importación efectiva, surgieron numerosas deudas
                  comerciales  cuya  fecha  de  vencimiento  había  pasado  ya,  aumentándose  cada  vez  en
                  mayores proporciones y amenazando arruinar el  crédito de los exportadores alemanes
                  con  el  resultado  de  que  la  importación  a  tres  meses  vista  su  substituyera  con  más
                  frecuencia  por  la  efectuada  al  contado.  Durante  el  mes  de  julio  de  1934  fueron
                  creciendo  las  dificultades  en  relación  con  el  reparto  de  divisas  por  lo  que  se  hacía
                  inevitable una reglamentación definitiva de la importación global conforme a normas
                  uniformes.
                  El  presidente  del  Reichsbank,  Dr.  Schacht,  que  a  fines  de  julio  fue  encargado  del
                  ministerio  de Economía,  en su discurso pronunciado  en  la  velada de  la Prensa  en  la
                  Feria de Otoño de Leipzig, el 26 de agosto de 1934, anunció la implantación del sistema
                  de leyes y disposiciones que se conoce bajo el nombre de “Plan nuevo”. Este sistema,
                  con su ordenación clara y concluyente, regula aún en la actualidad y con gran éxito el
                  comercio exterior de Alemania.
                  “El principio supremo de toda concepción comercial”- decía el Dr. Schacht- “debe ser y
                  será el no contraer obligación alguna de cuyo cumplimiento no se esté el no contraer
                  obligación  alguna  de  cuyo  cumplimiento  no  se  esté  seguro;  durante  largo  tiempo  la
                  política ha amenazado estas reglas comerciales. Estoy firmemente decidido a terminar
                  con este estado de cosas y confío en la comprensión de todos los sectores económicos
                  del mundo. No nos queda más que un solo camino recto y este es el de hacer concordar
                  nuestra importación con nuestras posibilidades de pago.”





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