Page 218 - Santoro, Cesare El Nacionalsocialismo
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negociados oficiales de trabajo y a la instalación de servicios propios con presupuestos
propios, consiguió Hierl la independencia de la organización.
En otoño de 1933 se introdujo el uniforme de color pardo terroso con la antigua gorra
característica de los campesinos alemanes y el cuchillo-puñal. La juventud del Servicio
del Trabajo lleva su uniforme con orgullo; la uniformidad subraya que todos son iguales
en este servicio de honor al pueblo y a la patria. El Servicio comprende actualmente 30
formaciones regionales, subdivididas en grupos. El grupo se compone de 6 a 9
secciones según las necesidades locales. Al mismo tiempo se introdujeron los grados en
el servicio.
La primera visita a las campamentos mereció la completa aprobación del Führer, quien
el 1.º de julio de 1934 nombró al subsecretario Hierl “Comisario del Servicio voluntario
del Trabajo”, quedando directamente subordinado al ministro de la Gobernación. Con
ello pasó al subsecretario toda la dirección del Servicio del Trabajo.
Un mes más tarde el Servicio del Trabajo tomó parte, en formación cerrada, en el
Congreso del Partido en Nuremberg. Era la primera vez que la recién creada
organización se mostraba al público para dar fe de su espíritu y de su trabajo. La parada
de 52.000 hombres de trabajo con sus brillantes palas y sus maniobras de una precisión
sin igual ofrecía en el campo Zeppelin un cuadro sorprendente.
En su contestación al discurso de Hierl, el Führer hizo un declaración sobre la máxima
importancia que en futuro tendrá el Servicio del Trabajo: “Por vuestra escuela pasará
toda la nación. Llegará día en que ningún alemán podrá formar parte de la comunidad
nacional sin haber pasado por la vuestra.”
Esta profecía fue recibida con atronadora ovación por la multitud de espectadores. Un
año más tarde Adolfo Hitler implantó la ley sobre el Servicio general obligatorio del
Trabajo; el Servicio del Trabajo como servicio de honor se convirtió así en la escuela de
la nación para todos los jóvenes alemanes.
Organización, Educación e Instrucción
Todo joven alemán tiene por lo tanto que cumplir el Servicio del Trabajo comprendido
entre la escuela obligatoria y el servicio militar obligatorio. El efectivo del Servicio
obligatorio para hombres ha de adaptarse a las fuerzas en activo del Ejército y será
determinado por el Führer y Canciller; actualmente se eleva a 230.000 hombres,
incluyendo el personal e los cuadros de mando.
La dirección de la organización total está en manos del jefe del Trabajo, con residencia
en Berlín-Grunewald. El Estado mayor del Trabajo se divide en 8 departamentos: 1.º
Servicio, 2.º Personal, 3.º Proyectos de utilización territorial, 4.º Administración y
Tesorería, 5.º Sanidad, 6.º Educación e instrucción, 7.º tribunal jurídico, 8.º Prensa. A la
dirección del trabajo están directamente subordinadas 30 jefaturas provinciales del
trabajo, así como 13 jefaturas de distrito del Servicio del Trabajo de la Juventud
femenina y las distintas escuelas para la instrucción de los jefes, maestros, etc.
La selección y formación de los jefes constituye una cuestión de vital importancia para
el Servicio del trabajo. El jefe del Trabajo no debe ser sólo un educador y un buen
ejemplo; debe poseer además conocimientos técnicos y de organización, en otras
palabras: reunir a la vez en su persona los elementos característicos de las clases obrera,
agrícola y militar. Asimismo debe cuidar de su aptitud física personal que logrará
mantener lozana mediante la práctica de ejercicios gimnásticos y de deporte. Su carácter
debe ser intachable, elevado grado de ideas morales, sana su comprensión social, leal e
incondicional su sentido de responsabilidad; estas condiciones reunidas no admitirán
dudas en su comportamiento y le servirán para interpretar la importancia de la misión
que le ha sido confiada.
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