Page 224 - Santoro, Cesare El Nacionalsocialismo
P. 224

menos  necesaria  para  la  juventud  femenina  que  para  la  masculina,  Conforme  a  su
                  finalidad, el Servicio del trabajo de ambos sexos es algo unitario, total.” (Hierl).
                  En  1933  fue  posible  la  unificación  del  Servicio.  Hasta  el  1.º  de  enero  de  1934  el
                  Comisario  del  Reich  para  el  Servicio  del  Trabajo,  que  hasta  entonces  había  sido
                  voluntario, confió la jefatura de la  juventud  femenina, como organización única, a  la
                  Sra. Scholtz-Klink, bajo el nombre de “Servicio femenino del Trabajo”. El territorio del
                  Reich fue dividido en 13 secciones regionales, cuyas directoras quedaron subordinadas
                  a la directora general del Servicio femenino del Trabajo.
                  En  los  dos  primeros  años  del  Servicio  femenino  se  hallaban  frente  a  frente  dos
                  concepciones sobre el sentido y la misión de esta organización: una tenía por base la
                  idea de que el Servicio debía ser una escuela de educación de la joven como ama de
                  casa  y  madre,  la  otra  sostenía  que  es  necesario  una  educación  mediante  el  trabajo
                  efectivo en interés del pueblo allí donde este sea necesario para llegar al conocimiento
                  de  la  propia  responsabilidad  y  de  la  abnegación  indispensable  para  el  servicio  de  la
                  colectividad.  Basándose  en  la  experiencia  se  ha  elegido  como  principio  la  segunda
                  concepción.
                  El trabajo, que actualmente dura  medio año, consiste en ayudar a aquellas mujeres  y
                  madres alemanas que, agobiadas por el trabajo o la enfermedad, no están en situación
                  económica que les permita pagar el sueldo a sus sustitutas. Se presentó aquí un vasto
                  campo de acción, particularmente en las regiones recientemente colonizadas. Desde el
                  punto  de  vista  educativo  el  trabajo  constituye  un  deber  de  importancia  trascendental
                  para la joven.
                  Pero no solamente aquí sino también en las regiones rurales azotadas por la miseria y en
                  los  barrios  obreros  de  las  ciudades  industriales  es  de  urgencia  capital  la  ayuda  a  las
                  mujeres y madres con numerosa familia. Por todas partes han sido colocadas las obreras
                  del Servicio, con objeto de ayudar a las mujeres en las labores domésticas, en el corral,
                  en las faenas del campo ... o para suplir el puesto de la madre enferma confiando sus
                  hijos a las escuelas infantiles instaladas en el campo.
                  La naturaleza de esta aportación personal de trabajo debe ser cimentada y completada
                  por  la  vida  en  común  de  las  jóvenes  de  todas  las  clases  sociales  en  los  campos  de
                  trabajo, practicada  y  formada a  base del consciente deber de responsabilidad. Para  la
                  enseñanza, organización de las  horas libres, cultura  física, etc. se aplican  los mismos
                  principios  que  para  el  Servicio  del  Trabajo  en  los  hombres,  si  bien  adaptados  a  la
                  naturaleza  de  la  mujer.  Hasta  mediados  de  1935,  el  Servicio  femenino  del  Trabajo
                  dependió económicamente de la oficina nacional para la colocación obrera y de seguro
                  contra el paro forzoso. Así se pudieron colocar a numerosas jóvenes sin trabajo. El 1.º
                  de abril de 1936 el Servicio femenino se incorporó al Servicio obligatorio del trabajo,
                  con  la  denominación  actual  de  “Servicio  obligatorio  del  Trabajo  para  la  Juventud
                  femenina”. Las 13 secciones regionales continúan subsistentes, pero sus directoras están
                  ahora subordinadas al jefe del Servicio obligatorio del Trabajo bajo cuya dirección se
                  encuentran  en  vías  de  realización  diversas  reformas  de  los  campamentos  (para  40
                  muchachas)  de  la  enseñanza  y  de  la  educación.  El  Servicio  femenino  del  Trabajo  a
                  principios  de  1938  alcanzaba  la  cifra  de  25.000  muchachas  distribuidas  en  600
                  campamentos.
                  Hace algún tiempo tuve ocasión de visitar, en compañía de algunos colegas de prensa,
                  un campamento femenino que me produjo la más satisfactoria impresión. Allí estaban
                  reunidas muchachas de las más diversas clases sociales, pletóricas de salud, sonrientes y
                  tostadas  por  el  sol.  En  nuestro  honor  entonaron  viejos  cantos  patrióticos  y  algunas
                  canciones populares, nos enseñaron sus bonitas habitaciones adornadas con flores y su





                                                           224
   219   220   221   222   223   224   225   226   227   228   229