Page 229 - Santoro, Cesare El Nacionalsocialismo
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confiarme  el  sector  de  la  Juventud  del  Partido  Obrero  Alemán  Nacionalsocialista,
                  continuará siendo en lo sucesivo la norma directiva de nuestra actuación. No pienso yo
                  tampoco presentarme ante la  juventud a mí encomendada con  luengas barbas  larga  y
                  paso  vacilante.  La  dirección  de  la  Juventud  debe  regirse  por  un  espíritu  juvenil.  No
                  serán  los  incapacitados,  sino  jóvenes  activos,  educados  en  la  disciplina  rigurosa  de
                  nuestras escuelas especiales y en nuestras academias, quienes en lo futuro se colocarán
                  al frente de la juventud.
                  No  procederemos,  sin embargo,  de manera dogmática,  y  nos guardaremos  muy  bien,
                  ahora  que  hemos  llegado  a  ser  una  autoridad  superior,  de  encerrarnos  en  artículos  y
                  párrafos legales, ahogando así el sano instinto en el polvo de los expedientes. Durante
                  todo el tiempo de nuestra lucha he tenido a mi lado una cantidad de colaboradores que si
                  bien mayores en años, podrían servir de ejemplo, a pesar de sus canas, por su espíritu
                  juvenil y se elasticidad, a cualquiera de los “pibes”. (Pibes, en alemán “Pimpfe”, son los
                  miembros de 10 a 14 años de edad, que forman la organización preparatoria de la HJ
                  propiamente dicha. Anot. del A.) Además de esto, considero mi misión mantener para la
                  juventud,  en una  forma  ya completamente  ideada  y  concebida en  mi  imaginación,  el
                  principio  de  la  libre  voluntad,  inherente  a  las  circunstancias  actuales,  después  de  la
                  publicación de la ley.”
                  En realidad, hasta después del 1.º de diciembre de 1936, no se ejerció presión alguna
                  sobre  la  juventud  perteneciente  a  las  asociaciones  confesionales  para  inducir  a  sus
                  adeptos a ingresar en la organización nacionalsocialista.
                  “Mi  actividad  en  lo  futuro  -continuó  diciendo  von  Schirach-  estará  dedicada
                  enteramente a las funciones de dirección y organización de los millones de afiliados de
                  la HJ. Las divergencias relativas a la unidad de la juventud han pasado, y así como en su
                  tiempo pude conquistar la juventud de las asociaciones marxistas para convertir a sus
                  afiliados en  fieles  camaradas  y colaboradores, así  también  espero  reconciliar  y  ganar
                  espiritualmente a todos aquellos que, por la voluntad del Reich, lleguen en los sucesivo
                  a nuestra comunidad.
                  No  es,  por  cierto,  mi  intención  erigir  en  los  bosques  de  Germania  templos  para
                  sacrificios paganos o llevar a la juventud a un culto de Wotan, ni someterla a las artes
                  mágicas de algún  barbudo apóstol  vegetariano.  ¡Todo  lo  contrario!  Que profese cada
                  cual la convicción religiosa que le dictara su conciencia. La Juventud Hitleriana no es la
                  Iglesia, como tampoco la Iglesia puede ser Juventud Hitleriana.
                  La comunidad por  mi dirigida  y  de  la que  soy  responsable,  será guiada conforme al
                  espíritu del Führer, hacia el nacionalsocialismo, y será regida exclusivamente por mí y
                  mis sub-jefes.”
                  Creemos ahora  conveniente tratar  de la posición  fundamental  de  la  jefatura  de la HJ
                  frente a la cuestión de las asociaciones religiosas.
                  En un discurso que Baldur von Schirach pronunció en Berlín ante el cuerpo diplomático
                  y representantes de la prensa extranjera, declaró que la educación de la juventud es un
                  derecho  soberano  inalienable  del  Estado.  La  finalidad  de  la  educación  oficial  de  la
                  juventud  constituye  la  educación  sistemática  del  joven  inexperto  en  ciudadano
                  consciente y portador de la idea del Estado. El medio de educación más importante para
                  alcanzar esta  meta,  es  la  Juventud del  Estado,  es  decir,  la comunidad de  los  jóvenes
                  alemanes de todas  las esferas,  y  clases sociales,  patrocinada por  el  Estado.  Tal  es  la
                  juventud hitleriana, que constituye la escuela ideológica de la joven Alemania.
                  La  asociación  religiosa  en  su  forma  antigua  era,  según  criterio  de  la  jefatura  de  la
                  juventud,  una  agrupación  situada  fuera  del  Estado  que  negaba  la  idea  del  mismo.
                  Resultaba  ser  una  continuidad  de  aquellos  tiempos  en  que  imperaba  la  diferencia  de
                  clases. Ahora bien, el principio socialista del Tercer Reich se funda en el postulado de la



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