Page 52 - Santoro, Cesare El Nacionalsocialismo
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influencia  perjudicial  y  aun  a  veces  peligrosa.  Al  amparo  de  pretendidos  ideales,  la
                  Sociedad  de  las Naciones  ha  llegado a constituirse en  una agrupación  de  defensa  de
                  algunos usufructuarios del Tratado de Versalles. La total incapacidad de la Sociedad de
                  las Naciones es hoy un hecho real que no necesita ninguna prueba ni admite discusión
                  alguna. Las esperanzas puestas por los Estados pequeños en la Sociedad de las Naciones
                  se  han    esfumado  ante  la  evidencia  de  que  la  política  de  Ginebra  de  la  seguridad
                  colectiva  ha  llevado en  realidad a una  inseguridad  igualmente colectiva.  Solo  Moscú
                  manifiesta su adhesión  ilimitada a  los  ideales de Ginebra.  Las  grandes potencias  que
                  continúan  en  Ginebra  no  poseen  ya  el  derecho  de  considerar  a  la  Sociedad  de  las
                  Naciones como la representante autorizada de los Estados y como órgano supremo de la
                  colaboración  internacional.  El  Gobierno  alemán  está  convencido  de  que  el  sistema
                  político de Ginebra no sólo es desacertado sino pernicioso y por tanto el reingreso de
                  Alemania en dicha sociedad no será nunca tomado en consideración.
                  Con  esta  declaración  solemne  que  hizo  desaparecer  las  esperanzas  de  muchos
                  partidarios  de  la  Liga  ginebrina  finalizó  un  año  muy  movido  en  las  cuestiones
                  diplomáticas.
                  Año 1938
                  (Hasta la visita del Führer a Italia)
                  En el curso de este año continuaron las visitas de los hombres de Estado extranjeros a
                  Alemania.  El  Ministro  de  RR.EE.  de  Polonia,  Coronel  Beck,  de  paso  por  Ginebra,
                  permaneció  algunos  días  en  Berlín;    en  esta  ocasión  fue  recibido  por  el  Führer
                  sosteniendo,  además,  varias  conversaciones  con  el  Barón  von  Neurath  y  otras
                  destacadas personalidades alemanas.
                  Siguió la visita del Presidente del  Consejo  y Ministro de RR.EE. de Yugoslavia, Sr.
                  Stojadinowitsch,  quien  conferenció  sobre  asuntos  de  política  con  el  presidente  del
                  Consejo, Mariscal Göring, y con el mismo Canciller. Como se informó oficialmente, las
                  conversaciones  se  desarrollaron  en  una  atmósfera  de  sincera  amistad  y  absoluto
                  entendimiento en cuanto a sus respectivos puntos de vista políticos, confirmándose de
                  nuevo que existen las bases para una amistad duradera y para una colaboración en todos
                  los terrenos que contribuyen a mantener la paz de Europa. En ambas naciones existe la
                  voluntad firme de estimular en todas las formas las relaciones germano-yugoeslavas. La
                  prensa, de común acuerdo, servirá en lo sucesivo para fortalecer los lazos cordiales que
                  recíprocamente unen a los dos países. Con el fin de centralizar oficialmente todas las
                  cuestiones  concernientes  al  comercio  de  la  madera,  entre  Alemania  y  Yugoslavia,  se
                  constituyó  una  comisión  agrícola-forestal  integrada  por  peritos  de  ambas  partes  y
                  encargada de fomentar las operaciones de este ramo.
                  Adolfo  Hitler  prescindió  esta  vez  del  mensaje  anual  que  lee  en  el  aniversario  de  su
                  advenimiento  al  poder  para  comunicar  más  tarde  al  Reichstag  decisiones  y  sucesos
                  importantes  que  aun  no  se  habían  realizado.  A principios    de  febrero  el  Ministro  de
                  RR.EE., Barón von Neurath, a instancia propia, fue relevado de su cargo. Sin embargo,
                  al mismo tiempo fue nombrado ministro del Reich y jefe del Consejo de Estado que se
                  formó simultáneamente. En una carta autógrafa el Führer dice a Neurath que no puede
                  aceptar su demanda de retirarse a la vida privada porque su consejo y opinión le han
                  hecho imprescindible en la gobernación del Estado. Su nombramiento como presidente
                  del Consejo de Estado fue hecho para mantenerlo, también en el futuro, como consejero,
                  en uno de los puestos más elevados del Reich.
                  Como sucesor del Barón von Neurath fue nombrado ministro de RR.EE. Joachim von
                  Ribbentrop  quien  hasta  entonces  había  ejercido  las  funciones  de  embajador  en
                  Inglaterra.





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