Page 81 - Santoro, Cesare El Nacionalsocialismo
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Según la ideología nacionalsocialista se entiende por “raza” un grupo de seres humanos
cuyas propiedades comunes, físicas y psíquicas, de consanguinidad no se encuentran en
la misma relación en otros grupos de seres humanos y por las cuales se diferencian.
Cuanto más coincidan entre sí las propiedades de diferentes razas tanto más afines serán
estas. Así, las razas indígenas de Europa, nórdica, fálica, occidental, dinárica, del Este y
báltica, muestran todas propiedades físicas e intelectuales semejantes.
Si raza es un concepto biológico, pueblo es un concepto histórico-cultural.
Bajo la denominación de “pueblo” comprenden los nacionalsocialistas un grupo de
seres humanos que están unidos entre sí por consanguinidad, por los lazos de idéntico
destino, convivencia en el mismo suelo, igual idioma e igual cultura y que tienen
conciencia de estos vínculos que los unen en una comunidad de destino y de sangre.
Nadie puede ser considerado como perteneciente a un pueblo si procede de una raza que
no tiene parentesco con aquellas que lo forman.
La unidad de raza y de pueblo no ha existido desde los más remotos tiempos. El pueblo
alemán tampoco forma una raza propiamente alemana; por el contrario, en él están
representadas todas las razas europeas, sin embargo prevalece como elemento
fundamental común la raza nórdico-fálica. Esta determina el carácter del pueblo alemán
y le ha dado su sello racial propio.
El concepto “nórdico” no debe entenderse en sentido local o geográfico sino que se
refiere a la patria nórdica de esta raza. Otras razas típicamente nórdicas se encuentran
entre los escandinavos, holandeses, ingleses y norteamericanos, que se pueden
denominar “germanos”. Todos ellos pertenecen a la familia de pueblos de los indo-
germanos, llamados también “arios” entre los cuales se cuentan en Europa los pueblos
romanos, griegos, eslavos y celtas.
Según la doctrina de los biólogos nacionalsocialistas, todas las propiedades humanas
son hereditarias: en los hijos se encuentran reproducidas las propiedades de los
progenitores. En un cruce entre individuos de la misma raza sólo se heredan las
propiedades típicas de esta raza. Las generaciones resultantes están equilibradas física y
psíquicamente: en esta armonía de su ser reside el origen de su fuerza y de su obra.
Como en los individuos de razas afines coinciden propiedades que se completan unas a
otras, también los seres que nacen de este cruce son capaces de desplegar todas sus
facultades. Un cruce entre individuos de razas no afines conduce, por el contrario, a un
resultado completamente distinto; se encuentran reunidas propiedades que no son
compatibles entre sí; en el individuo resultante de este cruce aparecen perturbaciones
internas que le privan de toda su capacidad de acción y que, debido a ese trastorno
interno, le hacen ser poco deseable dentro de la comunidad humana no obstante alguna
posible aptitud positiva que pudiera tener.
La conservación de la pureza de la sangre alemana es, por lo tanto, según la concepción
nacionalsocialista, en la nueva Alemania, la condición previa fundamental para la fuerza
moral y la capacidad del pueblo alemán.
Hitler ha expresado este deber en la frase siguiente: “El pecado contra la sangre y la
raza es el pecado hereditario de este mundo y el aniquilamiento de la humanidad. En su
obra “Mein Kampf” escribe:
“El cruce de razas y el descenso racial que de aquí resulta es la única causa de la
extinción de las antiguas civilizaciones, pues los pueblos no perecen en las guerras sino
por la pérdida de aquella fuerza de resistencia que es propia de una raza de sangre pura.
Toda raza que no es buena en este mundo es liviana como la paja. Todos los
acontecimientos históricos son sólo manifestaciones del impulso de conservación propia
de las razas, en buen o mal sentido.”
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