Page 83 - Santoro, Cesare El Nacionalsocialismo
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El  ministro  Dr.  Frick,  a  cuya  iniciativa  se  debe  esta  ley,  explicó,  en  un  discurso
                  pronunciado ante la Comisión asesora de peritos, que la juventud culta se dará cuenta
                  del valor de esta ley fundamental alemana para mantener la pureza de la raza y aspirar,
                  por acertada elección de consorte, a un desarrollo más perfecto de la propia familia y
                  raza. Según el Dr. Frick los matrimonios con razas heterogéneas son  la causa de una
                  degeneración  moral  y  psíquica  y del  distanciamiento  del propio  pueblo. Es  necesario
                  cuidar de la familia y de la raza si se quiere que la prosperidad de la familia se estime
                  más que la riqueza y la comodidad. Los alemanes deben tener el valor de organizar a su
                  pueblo  según  los  valores  hereditarios  para  poner  a  disposición  del  Estado  hombres
                  idóneos.
                  Tomando  esto  en  consideración  se  han  dictado  medidas  radicales  necesarias  para  la
                  separación total de ambas razas.

                  La Higiene bajo el Régimen Nacionalsocialista
                  La política racial del Gobierno no se limita a impedir la mezcla de razas no afines, cuida
                  también del  desarrollo sano de su  juventud  y de que las generaciones  venideras  sean
                  numerosas, tratando de evadir la destrucción de la fuerza nacional por taras hereditarias
                  y por el retroceso de la natalidad.
                  Según la opinión del Dr. Frick no se puede hablar de una nueva época y de una política
                  reconstructiva, racial y demográfica, hasta que el Estado se preocupe de los cuidados de
                  previsión de aquellos aun no nacidos; por este motivo, fue promulgada, el 18 de octubre
                  de 1935,  la  ley  llamada  “higiene del  matrimonio”.  Prohibe el  matrimonio  a quienes,
                  siendo enfermos, llevan en sí el germen del dolor y de la miseria en perjuicio de uno de
                  los consortes y de su descendencia. En lo sucesivo no podrá contraerse matrimonio sin
                  la  presentación  de  un  certificado  prenupcial,  extendido  por  la  oficina  de  Higiene
                  competente.
                  Para reducir los gastos ocasionados por el cuidado de enfermos con taras hereditarias
                  incurables, por lo tanto antisociales, e impedir la propagación de las personas afectadas
                  por graves enfermedades hereditarias, se dio, el 14 de julio de 1935, la “ley sobre  la
                  profilaxis  de  las  enfermedades  hereditarias”  que  establece  la  posibilidad  de
                  esterilización por propia voluntad o a propuesta de un médico oficial, cuando se trata de
                  personas con taras hereditarias.
                  Esta  ley  encontró  fuerte  oposición  en  el  mundo  entero.  Se  temía  un  abuso  de  las
                  prescripciones legales, porque no se conocía el procedimiento, por el cual toda decisión
                  sobre  la  esterilización  depende  del  fallo  unánime  de  peritos  médicos  y  jurídicos.  Se
                  dudaba  del  derecho  que  tiene  el  Estado  de  intervenir  profundamente  en  la  vida  del
                  individuo.  Los  nacionalsocialistas  respondieron  que  la  esterilización  de  la  persona
                  atacada gravemente por una enfermedad hereditaria impide hacer revivir su triste suerte
                  en  la de sus  hijos.  Se  ha  visto  que la gran  mayoría de  las personas  esterilizadas  han
                  aprobado voluntariamente la ley y sus prescripciones.
                  En el Congreso internacional de Demografía, celebrado en agosto de 1935, el Dr. Frick
                  declaró que “la ley no pretende preservar de graves penas y sufrimientos solamente a la
                  generación actual sino también a las venideras y excede largamente el límite moral de la
                  finalidad del amor cristiano al prójimo sólo para la generación actual ...
                  Se nos ha hecho el reproche de que nosotros practicamos en culto especial de raza y que
                  por  nuestras  medidas  eugenésicas  lesionamos  el  mandamiento  cristiano  del  amor  al
                  prójimo. Si no ha sido osadía intervenir en el estado primitivo del orden de las cosas, de
                  modo que por los progresos de la Ciencia se haya logrado prolongar la vida a muchos
                  enfermos,  lo  cual  habría  sido  imposible  en  las  circunstancias  primitivas,  tampoco  es





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