Page 197 - Egipto TOMO 2
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EL EGIPTO SUPERIOR
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                la perspectiva; mas en cambio las innumerables figuras trazadas sobre  el enlucido de los
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                sepulcros, nos revelan con toda elocuencia la presteza y
                                           .
                                hasta el buen éxito con que, no obstante la escasez de recursos de
                pincel, y la originalidad y
                que disponian, lograron reproducir los rasgos característicos de los diferentes personajes.
                Desgraciadamente las pinturas de Beni-Hassan, como acontece con otras muchas, se borran,
                ennegrecen v destruyen á consecuencia del humo desprendido de las antorchas que encienden
                                                   bajo la mano criminal de aficionados
                los guias y viajeros con el propósito de contemplarlas, y
                estúpidos y culpables. De la inmensa mayoría de las mismas sólo nos es dado contemplar el
                contorno; mas aún así, puede asegurarse que en expresión, en vida y en verdad, no son en
                          al asunto que hemos reproducido, que con  el estuco sobre el cual estaba
                nada inferiores
                pintado, fué desprendido de las paredes de un sepulcro, hallándose expuesto en el día en uno
                de los salones del Museo Británico. Entre las miles de figuras que cubren las grutas de
                Beni-Hassan, llama particularmente la atención una de  ellas que se ha conservado en  el
                sepulcro de Chnum-hotep: es la primera representación que se conoce de una familia de raza






                                         FESTEJOS AGRÍCOLAS
                Amon,  semítica, que conducida por su príncipe Abscha  ,  solicita entrar en  el nomo  o
                territorio de Mah. El jefe de éste, Chnum-hotep, acompañado de sus perros favoritos, recibe
                á los extranjeros con cierto recelo, y no completamente destituido de precaución, al ver el
                 número de los extranjeros que, por lo que resulta de la lista que de los mismos le presenta
                                      siete. Los semitas traen como regalo un colirio para los
                 su secretario, no baja de treinta y
                 ojos (mestem, antimonio), un macho cabrío montés y una gacela. Los hombres van armados
                 de diferentes modos, pues se ven indistintamente en sus manos  el bonmerang,  el arco,  la
                 lanza y el rompe cabezas. Forman parte de la tribu mujeres y  niños á pié, y otros cargados
                 en sus asnos, que con otro que sigue al primero, conducen todos los útiles y enseres para
                 tejer: un cantor pulsa las cuerdas de una  lira para celebrar  el éxito de tan venturosa
                 inmigración. Los rasgos característicos de los semitas están de tal modo acentuados, que es
                 imposible confundirlos con los de los egipcios. En otros asuntos y escenas representados en
                 las paredes de los sepulcros, pueden distinguirse entre los lidiadores algunos hombres que se
                 diferencian de los demás por su pelo rojo y la especial disposición de su vestido, que al
                 parecer pertenecen también á la raza semítica. Pues bien, y esta coincidencia merece llamar
                 la atención, al presente existe en Egipto un gran número de judíos que se distinguen por lo
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