Page 199 - Egipto TOMO 2
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200                 EL EGIPTO SUPERIOR
                que los faraones levantaran
                un  ejército formado de  las
                diferentes  regiones  de  su
                 imperio. Así se explica que
                la mano  del hombre  del
                pueblo  se encalleciera, no
                empuñando  la  lanza,  sino
                guiando  la  carreta ó ma-
                                          LAVANDERAS. TEJEDORAS É HILANDERAS CON SUS VIGILANTES
                nejando los útiles  y enseres
                de su oficio. No se vaya á creer, sin embargo, que no fuesen conocidas en dicha época
                las artes de la guerra: existia un ejército egipcio, y en Beni-Hassan encontramos soldados,
                un asedio de una pequeña ciudad, la fabricación de instrumentos bélicos y hasta  el castigo
                de militares cobardes. Con todo esto,  las escenas relativas á la faenas agrícolas son diez
                                         veces más numerosas. El sembrador sigue al labrador
                                         que guia su yunta, y  la semilla se entierra bajo  el
                                         suelo  humedecido  por  el
                                         agua de  la inundación, no
                                         como  dice  Herodoto  por
                                         medio de cerdos, sino va-
                                         liéndose de rebaños de ca-
                                         bras.  Llegado el tiempo de
                                         la siega, la espiga se separa
                                         del tallo por medio de la hoz
                                         y el lino es arrancado. Los
                                         bueyes trillan  el grano,  la
                                         cosecha bendecida  del año
                    DECORACION DEL MURO DE UN SEPULCRO
                                         se guarda en las  trojes, y
                                         es registrada por los em-
                                         pleados de  la administra-
                                         ción, del mismo modo que
                                         el producto de los numero-
                                         sos rebaños.  Cada uno de
                                         los escribientes se halla re-
                                         presentado con el punzón  ¡1  1  !¡  1  1
                                                         y            i
                                                           lllüllllíllltllllllílllilllll  1 11 ImlillllllillMl  lililí
                                                                ¡II    l
                                         la hoja de papiro. No existe
                                                               DECORACION
                                                            DEL MURO DE UN SEPULCRO
                                         época alguna — y son tes-
                                         tigo de ello los escritos que á la misma pertenecen,
                                         y que se han conservado hasta nuestros dias, de una
                    decoración del muro de un sepulcro  manera maravillosa, en los papiros más antiguos que
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