Page 194 - Egipto TOMO 2
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EL EGIPTO SUPERIOR
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                                             pintores, de oinamentacion fastuosa, tomada de
                 sido enriquecidos á porfía, por escultores y
                 las flores y plantas acuáticas que pululan en las aguas del Nilo: pero el arquitecto jamás se
                 ha apartado de la idea primitiva, por lo ménos hasta el punto de olvidar, en la parte superior
                 del fuste, las fajas destinadas á atar los tallos que formaban la columna, ó á ceñir en derredor
                 del capitel el follaje que lo rodea. Tales fajas no han escapado á la penetración de los griegos;
                 pero así como los egipcios jamás las emplearon, y se comprende, en sus columnas estriadas,
                 los helenos las aplicaron á la columna dórica, en la cual las encontramos en la parte superior
                 del fuste convertidas en anillos. Las fajas en que nos ocupamos son indispensables en  la
                 columna egipcia y por consiguiejite tienen una explicación natural: ¿qué explicación pueden
                 dar de ellas, ó sea del anillo que las ha sustituido en la columna griega, los sabios que se
                 empeñan en sostener que los helenos no han bebido poco ni mucho en las fuentes del arte
                 egipcio? Al paso que las encontremos en los templos, daremos cuenta de las columnas que
                 se diferencien de las que dejamos descritas, con tal que revelen su procedencia puramente
                 egipcia. Hemos seguido paso á paso  el desenvolvimiento de las columnas propias de  la
                                      demostrado al propio tiempo, que cuantas formas vegetales
                 arquitectura de los sepulcros, y
                 han empleado los arquitectos de este pueblo en las construcciones hechas con piedra labrada,
                 pertenecen sin excepción alguna á la flora nilónica.
                   Al presente justo es que nos ocupemos en las siringes propiamente dichas.  Divídense
                 éstas en dos grupos, situados muy cerca el uno del otro.  El grupo del Norte encierra los
                                            especialmente, dos que ejercen poderosa influencia
                 sepulcros más interesantes, y entre ellos y
                 en el ánimo del estudioso. Puede asegurarse que bastaria para ocupar por completo nuestra
                 atención,  el pórtico que precede á las criptas que el monarca hereditario,  erpa ha
                 Amenemha, llamado Ameni, se hizo labrar para dormir en ellas el sueño eterno. Dos bellas
                 columnas octogonales sostienen al parecer la bóveda, cortada en la peña viva, que por el
                 lado opuesto descansa sobre un muro corrido, tajado en la montaña, en cuyo interior se abre
                 la cámara  funeraria. Una puerta coronada por  la cornisa egipcia da acceso al interior:
                 pueden observarse también cuatro columnas de diez y  seis caras, elegantemente estriadas,
                 que  sostienen  las tres bóvedas ricamente esmaltadas de vivísimos colores. En  el último
                 plano, levántanse en  el interior de una hornacina,  las estatuas mutiladas del que hiciera
                 labrar el sepulcro y de su consorte. Tampoco se echan de ménos en estas sepulturas los
                 pozos destinados á las momias, que hemos tenido ocasión de ver en Memphis. Hace mucho
                 tiempo que han sido devastadas y saqueadas; mas las figuras é inscripciones que cubren
                 materialmente las paredes todas, y hasta las jambas de las puertas, lo mismo en  el sepulcro
                 de Ameni, que en  el cercano de Chnum-hotep,  hijo de Nehera, nos permiten conocer
                 el nombre v la vida de una familia importante, extinguida hace más de cuarenta siglos, con
                 tanta exactitud y tan copiosa riqueza de detalles, que de la mayor parte de los individuos que
                 la constituyeron podríamos decir qué cargos desempeñaron; bajo qué reinado; cuya fue la
                  mujer que tomaron por esposa; qué grado de parentesco mediaba entre ambos; cuánto
                  poseian y de lo que se componía su fortuna; lo que principalmente merecia su predilección;
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