Page 32 - Egipto TOMO 2
P. 32

26               REJUVENECIMIENTO DE EGIPTO
                 cautivada, lo mismo en  el continente antiguo que en  América, por los sucesos con que se
                 celebraba la terminación de la obra gigantesca que en el centro de un istmo lmbia practicado
                 un canal. Actualmente atraviésanlo los buques de todos los países, en número cada dia
                 creciente, y conseguida por Inglaterra, en la propiedad del canal, la parte del león, por la
                 cual incesantemente ha trabajado, queda para lo futuro asegurada la conservación de esta obra
                 que basta por sí sola á acreditar el
                 espíritu de empresa y la capacidad
                 mecánica de estos nuestros tiem-
                 pos  l  .
                   Hasta llegar al puerto de Suez,
                 la travesía del canal marítimo no
                 ofrece cosa digna de especial men-
                 ción. Puerto-Said constituye la
                 puerta por  la cual deben forzo-
                 samente pasar todos los vapores
                 procedentes del Norte, cuando al
                 través del canal dirígense del Me-
                 diterráneo  al mar Rojo.  El faro
                 que sirve de guia á los buques:
                 los muelles y diques construidos
                 por la Compañía de M. de Lesseps
                 cuestan sumas enormes, pudiendo
                 ser contados en el número de los
                 trabajos más considerables que de
                 esta naturaleza se hayan realizado.
                 La ciudad de Puerto-Said, va cre-
                                              al
                 ciendo lentamente, ofreciendo pocos recursos
                 viajero como no sea cazador; mas siéndolo le brin-
                 dan aves en abundancia las pobladas lagunas de
                                                  CAÑAVERALES DE LA RIBERA
                 Menzaleh 2 , El canal, trazado en línea recta, sirve
                 de límite por la parte de oriente á esa vasta extensión de agua sembrada
                 de islas, que cubre la inmensa llanura sobre la cual existían hace muchos
                 siglos florecientes ciudades, y campos de cereales cuyas verdes espigas
                 ondulaban al impulso del viento. Altonazos á lo largo de la orilla, el desierto á un lado, en
                 el opuesto pantanos cenagosos en los cuales crecen en abundancia juncos y cañahejas, tal es
                                                                   Esta plaza
                 el espectáculo que se ofrece á la mirada hasta llegar á Al-Kantarah (el puente).
                  *
                   Fije el lector su atención en cuanto en el presente capítulo va expuesto, y comprenderá las causas, y se explicará satisfactoriamente
                 los sucesos resultantes de la reciente expedición inglesa al suelo de Egipto.  V.
                  2
                   Véase el tomo I.
   27   28   29   30   31   32   33   34   35   36   37