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70            ORIGEN DE LOS INDIOS


        se comen la carne de sus enemigos para latisfacer el repug-
        nante placer de la veiíganra.
            La diveraidad de tipos, costnmbrea, trajes, vida, culto-
        ra é idiomas de estas tribus indianas (que sería muy difí-
        cil de caracterizar de una manera absoluta, pues que no
        ofrecen ningún carácter general), induce á creer que los pri-
        meros pobladores de América (1) son originarios de nacio-



           (1)  El nombre de América, dado al Continente descubierto por Colón,
        trae, se dice, su origen del navegante florentino de aquella época, Amérigo
        6 Américo Vespucio, que entonces se encontraba al servicio de España, co-
        mo proveedor de los buques destinados al descubrimiento de nuevas tierras
        en el Nuevo Mundo.  Vespucio no pudo resistir al deseo de participar de
        los peligros y  glorias del célebre genovés, y, al efecto, solicitó acompañar á
        Alonso Ojeda en una expedición, en calidad de piloto y cosmógrafo; expedi"
        ción que, compuesta de cuatro naves, se dio á la vela, en 1494.. De regreso á
        España, Américo publicó algunas cartas marítimas á las que puso al pie su
        nombre, como autor de ellas; razón por laVual esas cartas fueron llamadas
        Américas por los pilotos de ese tiempo; y extendiéndose este calificativo al
        Continente á que se referían, lo denominaron América, costumbre que ha au-
        torizado el tiempo, privando así de esta gloria á Colón, que es el único mere-
        cedor de haber dado su nombre al Continente descubierto por él.  Por este
        hecho se infiere que Vespucio arrebató á Colón la gloria de su descubri-
        miento, suplantando el nombre de este célebre navegante con el suyo. Y
        resulta tanto más injusta y temeraria esta usurpación, si se considera que
        Colón, para lograr la realización de sus proyectos, tuvo que combatir las
        preocupaciones de sus contemporáneos y sostener sus teorías contra los
        rechazos de varios monarcas.  Su país natal, Genova, le trató de visiona-
        rio; Enrique VII, rey de Inglaterra, no dio oídos á su solicitud; Juan II,
        rey de Portugal, desechó sus proposiciones; Carlos VIII, rey de Francia,
        no prestó atención á sus proyectos; el emperador Maximiliano, de Alema-
        nia, rechazó también sus pretensiones: sólo le quedó á Colón la esperanza
        dé ser acogido en España, por los reyes Fernando é Isabel.  En efecto, des-
        pués de ocho meses de  esperas, se  resolvió, al  fin, armarle á Colón una
        expedición, en 1492, la que salió del puerto de Palos, en tres pequeñas ca-
        rabelas.
           Empero, otros historiadores pretenden que el nombre de América no se
        deriva de el del piloto y cosmógrafo florentino Vespucio, cuyo nombre  y
        apelativo verdaderos son Albérico Vespuíio, según está comprobado por
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