Page 84 - I. Origen de los indios de Amrica. II.Origen y civilization de los indgenas del Peru
P. 84
70 ORIGEN DE LOS INDIOS
se comen la carne de sus enemigos para latisfacer el repug-
nante placer de la veiíganra.
La diveraidad de tipos, costnmbrea, trajes, vida, culto-
ra é idiomas de estas tribus indianas (que sería muy difí-
cil de caracterizar de una manera absoluta, pues que no
ofrecen ningún carácter general), induce á creer que los pri-
meros pobladores de América (1) son originarios de nacio-
(1) El nombre de América, dado al Continente descubierto por Colón,
trae, se dice, su origen del navegante florentino de aquella época, Amérigo
6 Américo Vespucio, que entonces se encontraba al servicio de España, co-
mo proveedor de los buques destinados al descubrimiento de nuevas tierras
en el Nuevo Mundo. Vespucio no pudo resistir al deseo de participar de
los peligros y glorias del célebre genovés, y, al efecto, solicitó acompañar á
Alonso Ojeda en una expedición, en calidad de piloto y cosmógrafo; expedi"
ción que, compuesta de cuatro naves, se dio á la vela, en 1494.. De regreso á
España, Américo publicó algunas cartas marítimas á las que puso al pie su
nombre, como autor de ellas; razón por laVual esas cartas fueron llamadas
Américas por los pilotos de ese tiempo; y extendiéndose este calificativo al
Continente á que se referían, lo denominaron América, costumbre que ha au-
torizado el tiempo, privando así de esta gloria á Colón, que es el único mere-
cedor de haber dado su nombre al Continente descubierto por él. Por este
hecho se infiere que Vespucio arrebató á Colón la gloria de su descubri-
miento, suplantando el nombre de este célebre navegante con el suyo. Y
resulta tanto más injusta y temeraria esta usurpación, si se considera que
Colón, para lograr la realización de sus proyectos, tuvo que combatir las
preocupaciones de sus contemporáneos y sostener sus teorías contra los
rechazos de varios monarcas. Su país natal, Genova, le trató de visiona-
rio; Enrique VII, rey de Inglaterra, no dio oídos á su solicitud; Juan II,
rey de Portugal, desechó sus proposiciones; Carlos VIII, rey de Francia,
no prestó atención á sus proyectos; el emperador Maximiliano, de Alema-
nia, rechazó también sus pretensiones: sólo le quedó á Colón la esperanza
dé ser acogido en España, por los reyes Fernando é Isabel. En efecto, des-
pués de ocho meses de esperas, se resolvió, al fin, armarle á Colón una
expedición, en 1492, la que salió del puerto de Palos, en tres pequeñas ca-
rabelas.
Empero, otros historiadores pretenden que el nombre de América no se
deriva de el del piloto y cosmógrafo florentino Vespucio, cuyo nombre y
apelativo verdaderos son Albérico Vespuíio, según está comprobado por