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72             ORIGEN DE LOS INDIOS

                No obstante, apesar de los importantes datos suminis-
            trados por los hombres científícos que han hecho un profun-
            do estudio sobre el origen de los indios de América, esta
            cuestión no está aún dilucidada ni definida, conservándose
            tan sólo á este respecto algunas noticias yagas y no muy



            [ « & alia quarta pars per Americum Vesputium  ( vt in sequentibus audic-
            tur) inuenta est—quam non video cur quis iure vetet ab Americo inuen-
            tore sagacis iugenii viro Amerigen quasi Americi terram, siue Americam
            dicendam: cum& Europa & Asia a mulieribus sua sortita sint nomina.»]
               Finalmente, el historiador italiano Sr. Campagnoni, que ha escrito  y
            publicado, en Milán, una extensa « Historia de América» en veintinueve vo-
            lúmenes, dice que:  « El Brasil fué denominado, en su origen, América, en
            honor de Yespucio, que fué su descubridor, denominación que, más tarde,
            se extendió á todo el Continente del Nuevo Mundo. Algunos historiadores
            califican de poco noble la conducta de Américo Yespucio al dar su nombre
             al Continente; pero, en vindicación del buen propósito del florentino, cabe
             hacer una rectificación.  Sabido es, que cincuenta años después del descu-
             brimiento de este Hemisferio, en casi todos los mapas publicados en Euro-
             pa figuraba el Nuevo Mundo como si fuese un grupo de islas, j§iendo pocas
             las porciones exploradas hasta entonces: á esta porción de islas pintadas
             en los mapas, pertenecían la Florida, Cuba, la Española, Yenezuela y el
             Brasil, con el nombre de América.  Como, sucesivamente, se tuvo conoci-
             miento que este Continente  se extendía, sin interrupción, hacia el Sur de
             esta región llamada América, los ma^jas posteriores fueron aumentando en
             tamaño, y de ahí que, al tiempo* de estar bien conocida la real existencia de
             ese Continente, dichos mapas siguieron conservando el nombre de Américáy
             que habían adquirido accidentalmente.  Todo aquello aconteció sin que.
             Yespucio tuviese parte alguna y sin la menor intención de arrebatar á Co-
             lón su justo título de descubridor. Aún más, se asevera que Yespucio man-
             tuvo siempre relaciones cordiales é íntimas con Colón, y que muy, distante
             estuvo de contribuir á causar semejante daño á su amigo. I*or consiguien-
             te, es un acto de justicia el tener presentes estos hechos, para no poner en
             duda la integridad de Yespucio.»
                Como curiosidad histórica, un periódico español de liuclva, dio últi-
             mamente la noticia interesante de lo que costó á España el descubrimiento
             de América:
                « Se acaba de descubrir en Palos  ( Huelva) — dice este periódico— los li-
             );ros de.contabilidad del armador Pinzón, quien, como es sabido, suminis-
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