Page 176 - Orgullo y prejuicio
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––Tengo entendido que el señor Bingley no piensa volver a Netherfield.

                     ––Nunca le he oído decir tal cosa; pero es probable que no pase mucho
                tiempo allí en el futuro. Tiene muchos amigos y está en una época de la
                vida en que los amigos y los compromisos aumentan continuamente.

                     ––Si tiene la intención de estar poco tiempo en Netherfield, sería mejor
                para la vecindad que lo dejase completamente, y así posiblemente podría

                instalarse otra familia allí. Pero quizá el señor Bingley no haya tomado la
                casa tanto por la conveniencia de la vecindad como por la suya propia, y es

                de esperar que la conserve o la deje en virtud de ese mismo principio.
                     ––No me sorprendería ––añadió Darcy–– que se desprendiese de ella en

                cuanto se le ofreciera una compra aceptable.
                     Elizabeth no contestó. Temía hablar demasiado de su amigo, y como no
                tenía nada más que decir, determinó dejar a Darcy que buscase otro tema de

                conversación.
                     Él lo comprendió y dijo en seguida:

                     ––Esta casa parece muy confortable. Creo que lady Catherine la arregló
                mucho cuando el señor Collins vino a Hunsford por primera vez.

                     ––Así parece, y estoy segura de que no podía haber dado una prueba
                mejor de su bondad.

                     ––El señor Collins parece haber sido muy afortunado con la elección de
                su esposa.
                     ––Así es. Sus amigos pueden alegrarse de que haya dado con una de las

                pocas mujeres inteligentes que le habrían aceptado o que le habrían hecho
                feliz después de aceptarle. Mi amiga es muy sensata, aunque su casamiento

                con Collins me parezca a mí el menos cuerdo de sus actos. Sin embargo,
                parece completamente feliz: desde un punto de vista prudente, éste era un

                buen partido para ella.
                     ––Tiene que ser muy agradable para la señora Collins vivir a tan poca

                distancia de su familia y amigos.
                     ––¿Poca distancia le llama usted? Hay cerca de cincuenta millas.
                     ––¿Y  qué  son  cincuenta  millas  de  buen  camino?  Poco  más  de  media

                jornada de viaje. Sí, yo a eso lo llamo una distancia corta.
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