Page 61 - Orgullo y prejuicio
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CAPÍTULO XII





                     De acuerdo con su hermana, Elizabeth escribió a su madre a la mañana
                siguiente, pidiéndole que les mandase el coche aquel mismo día. Pero  la

                señora Bennet había calculado que sus hijas estarían en Netherfield hasta el
                martes  en  que  haría  una  semana  justa  que  Jane  había  llegado  allí,  y  no

                estaba  dispuesta  a  que  regresara  antes  de  la  fecha  citada.  Así,  pues,  su
                respuesta no fue muy favorable o, por lo menos, no fue la respuesta que

                Elizabeth hubiera deseado, pues estaba impaciente por volver a su casa. La
                señora Bennet les contestó que no le era posible enviarles el coche antes del

                martes;  en  la  posdata  añadía  que  si  el  señor  Bingley  y  su  hermana  les
                insistían para que se quedasen más tiempo, no lo dudasen, pues podía pasar
                muy bien sin ellas. Sin embargo, Elizabeth estaba dispuesta a no seguir allí

                por mucho que se lo pidieran; temiendo, al contrario, resultar molestas por
                quedarse más tiempo innecesariamente, rogó a Jane que le pidiese el coche

                a Bingley en seguida; y, por último, decidieron exponer su proyecto de salir
                de Netherfield aquella misma mañana y pedir que les prestasen el coche.

                     La  noticia  provocó  muchas  manifestaciones  de  preocupación;  les
                expresaron reiteradamente su deseo de que se quedasen por los menos hasta

                el  día  siguiente,  y  no  hubo  más  remedio  que  demorar  la  marcha  hasta
                entonces. A la señorita Bingley le pesó después haber propuesto la demora,
                porque los celos y la antipatía que sentía por una de las hermanas era muy

                superior al afecto que sentía por la otra.
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