Page 131 - Cómo no escribir una novela
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sensible del que se había enamorado hacía años. ¿Acaso recordaba alguna
               vez que ella tenía necesidades?
                   —Es mi culpa, perdona —dijo Joe—. Tú no tienes nada que ver —la

               voz le temblaba. A pesar de que él intentaba hacerse el duro, Anne estaba
               más guapa que nunca. ¿Cómo podía irse?
                   Anne se sentó al borde de la cama y prorrumpió en sollozos. ¡Era tan

               desesperante! ¡Él nunca lo entendería!
                   Joe  la  observó  mientras  lloraba,  sintiendo  su  habitual  desesperación.

               ¿Por qué no podía complacerla alguna vez? A veces pensaba que eso era
               todo lo que él necesitaba: verla feliz.
                   Anne lo deseaba, cómo lo deseaba. Él sólo tenía que abrazarla.
                   «Abrázame —pensó Anne—. Aún estamos a tiempo».

                   «Creo que ya es tarde», pensó Joe.
                   «Venga…», pensó Anne.

                   «No —decidió Joe, meneando la cabeza—. Es demasiado tarde. Probaré
               con esa nueva loción tan repelente y ese “sinceramente tuyo” que garantiza
               todo divorcio».



          Has escrito el primer capítulo desde el punto de vista de Anne, cuando tiraba toda la

          ropa de Joe por la ventana. Luego has escrito el segundo capítulo desde el punto de
          vista de Joe, cuando estaba comprando productos de cosmética. Y ahora los tenemos a
          los dos juntos. Seguro que crees que puedes presentar los dos puntos de vista a la vez

          porque eres el responsable de armar esta novela, ¿no?
               Pues no. Incluso si previamente el lector ya ha conocido lo que pasa por las mentes
          de Anne y Joe, a éste no le apetece brincar como un loco de aquí para allá, del uno al

          otro. A pesar de que puedas decidir la estructura de tu narración, hacer esto aleja al
          lector de ambas perspectivas, y será incapaz de identificarse con ninguno de los dos
          personajes, ya que sabe que pueden apartarlo de la mente de uno de ellos en cualquier

          momento.
               Evitar el punto de vista de Anne durante toda una escena, aunque ya hayamos sabido
          qué pasa por su mente antes, es una técnica preferible. El lector tendrá la confianza de

          que antes o después volverá a saber cuál es el punto de vista de Anne. Durante ese
          tiempo de espera el lector se quedará en suspense, cosa que precisamente logrará lo
          que todo el mundo —tú, Joe y Anne— necesita, esto es, que siga leyendo.
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