Page 138 - Cómo no escribir una novela
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este caso el autor se enfrenta a la tarea de convencer al lector de que esa
cuchara sabe teclear y que le interesan los asuntos humanos (a menos que
sea una novela «literaria», donde estas cosas ocurren sin más
comentarios). Escribir un libro con estas características es muy difícil,
estas perspectivas tan forzadas suelen acabar saliéndole al autor por la
culata. Así que, a menos que sientas una pasión interior que te supera por
contar la vida secreta de una tostadora, es mejor que consideres al
propietario de esa tostadora como posible protagonista de tu novela.
El pasado cambiante
Cuando los tiempos verbales cambian de
forma impredecible
Los doctores le decían que sólo la ciencia médica más avanzada habría
podido diagnosticar su enfermedad, y tras meses de misteriosos síntomas
que desconciertan a los médicos tradicionales Rally había encontrado al
mejor diagnosticador médico de todo el Medio Oeste, el doctor Fenton.
Como ella es una devota cristiana, cuando Rally supo que el doctor
Fenton era un seguidor de la Iglesia Científica Cristiana, lo que significa que
no sólo era un científico sino también un cristiano, ella sabe que ése era el
doctor que Dios le tenía predestinado para ella.
Aguardando en su sala de espera, Rally había observado los pósters tan
inspiradores que adornaban las paredes. Sí, era un lugar para la esperanza,
se dijo a sí misma. Parecía flotar allí, como el Superman de la pared.
La puerta se abre y el doctor Fenton, un hombre con una fe heroica en
una profesión de descreídos, la llama a su consulta.
—Ya tenemos los análisis, Rally. Me temo que los resultados no son
buenos. Tienes la enfermedad de las gatas locas. Y muy avanzada.
Rally se quedó impresionada y dice:
—¿La enfermedad de las gatas locas? ¿Y qué me va a pasar?
—A menos que te dispares ese tiro en la sien que lo arreglaría todo al
momento, la enfermedad seguirá su curso hasta que todo tu cuerpo sufra un
colapso gatuno —él la mira con tristeza y meneó su cabeza—. ¡Cómo me