Page 150 - Cómo no escribir una novela
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un joven actual se quedará en pañales. Cuando crees un personaje de este tipo debes
          estar al corriente de cómo habla la gente ahora. El argot cambia, los estilos de vestir
          cambian, cambian las actitudes ante el sexo y el trabajo, hasta los cuerpos cambian. Y

          cuanto más del momento sea un detalle, más fugaz puede ser. Fíjate: en el año 2005 «El
          peligro comunista» o «El escudo antimisiles mundial» ya sonaba como algo que Mr.
          Burns le podía decir a su fiel Smithers en la serie Los Simpson. Para describir a un

          personaje de la sociedad contemporánea, debes conocer a fondo esa sociedad.
               Está bien que uno emplee el lenguaje con el que está familiarizado —de hecho, te lo
          recomendamos—,  pero  a  menos  que  escribas  sobre  los  primeros  y  fracasados

          experimentos criogénicos, sería mejor que situases la trama de tu novela en una época
          en que ese lenguaje fuera el más corriente.







                                                                                        La venda preventiva
                                                               Cuando el autor se adelanta a las críticas



               Y  así  fue  como  nos  encontramos  con  que  nuestro  amor  triunfaba;  todos
               aquellos  impedimentos  para  su  consumación,  que  nos  había  parecido  tan
               formidable,  habían  sido  vencidos,  y  ahora  nos  encontrábamos  juntos  en

               nuestra  casa  de  la  isla,  embargados  por  la  felicidad  mientras  los  delfines
               nadaban abajo, en la bahía, felices y sin desvelos. Había sido increíble cómo
               todo había salido tan a la perfección. Si yo misma leyera nuestra historia en

               un libro, ni yo me lo podría creer.
                   —Tú eres mi luz en mis horas más oscuras —le dijo su marido, Flavio
               Cipolla, con lágrimas en los ojos.

                   Yo sonreí, pensando que era casi imposible creer que alguien dijera eso
               en  la  actualidad,  y,  más  increíble  aún,  que  alguien  se  lo  tomara  en  serio.
               Sonaba  como  la  frase  de  una  película  mala.  Pero  ¡es  tan  distinto  cuando

               pasa en la vida real!



          Aquí, el esforzado escritor, que ya no puede seguir negando por más tiempo que está
          escribiendo un pestiño, intenta eludir las críticas reconociendo los errores mayúsculos

          que  presenta  su  novela.  Incluso  puede  hacer  que  sus  personajes  justifiquen  ese
          problema comentando que como así es la vida real… no hay nada que criticar. Pero es
          que esto es una novela, y no vas a engañar a nadie.
               Como en esos programas de deshabituación de sustancias nocivas para la salud, el
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