Page 146 - Cómo no escribir una novela
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impublicables es una desproporción manifiesta entre la vida interior de los
                  personajes y sus acciones. Un paseo delante de dos bloques de edificios es
                  ocasión  para  escribir  veinte  páginas  con  un  monólogo  interior  sobre  la

                  cantidad de cosas que se pueden deducir de una persona por los zapatos
                  que  lleva.  Un  vistazo  al  océano  durante  un  paseo  en  barca  da  pie  a  un
                  capítulo entero sobre la ecología de los arrecifes de coral y las lecciones

                  que nos ofrece para llevar una vida respetuosa con todos los integrantes de
                  la Humanidad.
                      El  novelista  primerizo,  como  toda  persona  que  quiere  escribir  una

                  novela, tiende a iniciar su tarea con un nutrido arsenal de pensamientos y
                  sensaciones,  años  y  años  de  minuciosas  observaciones,  exégesis  de  los
                  relatos de Conan, elaboradas y detalladas ideas de cómo deberían ser las

                  cosas.  Durante  años  el  novelista  impublicable  ha  guardado  esas  cosas
                  dentro de sí, sabiendo por experiencia que sus amigos y compañeros de
                  trabajo están mucho más interesados en hablar de las cosas que realmente

                  pasan, están a punto de suceder o han pasado. No tienen mucho interés, que
                  digamos,  en  lo  que  el  novelista  piensa  sobre  el  declive  actual  del
                  pensamiento.

                      Y  por  eso  lo  suelta  todo  en  su  novela,  página  tras  página,  porque
                  finalmente puede expresar todo eso, ya que nadie se va a apartar de él para

                  tomar  otra  copa  dejándolo  con  la  frase  en  la  boca.  El  novelista
                  impublicable debe recordar que sus potenciales lectores son personas que,
                  al igual que sus amigos y compañeros de trabajo, no le soportan todo ese
                  rollo. Ésta es la razón por la que las novelas publicadas suelen empezar

                  con escenas en las que pasa algo, siguen con escenas en las que pasa algo
                  y continúan con escenas en las que pasa algo hasta el final, ofreciendo tan

                  sólo algún monólogo interior relevante escrito con gracia.











                                                                                               El disco rayado

                                                                    Cuando un personaje tiene los mismos
                                                                                pensamientos una y otra vez


               —Bueno, joven Huckleby, ¿qué tiene que decir en su defensa?
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