Page 173 - Cómo no escribir una novela
P. 173
que significa «vital». De pronto comprendió que el nombre de su fallecido
marido, Mort, significaba «muerte». Sí, la vieja manera de hacer negocios,
la manera de los hombres, había muerto.
El mundo de la publicidad se estaba abriendo ahora a las mujeres. Con
su nueva y maternal forma de hacer las cosas, la publicidad cambiaría y ella,
Vivian, formaría parte de ese nuevo mundo, y esa publicidad sería una parte
de ella, una parte de lo que ella podía ofrecerles a sus hijos como madre. «Sí
—pensó—. Y puedo ser a la vez publicitaria y madre». Si sus hijos pudieran
entenderlo…
Justo entonces, sonó su móvil y se volvió hacia el altavoz. Eran sus hijos.
—¡Te queremos, mamá!
Es muy satisfactorio cuando la trama y el tema van de la mano para acabar provocando
una revelación; cuando los esfuerzos del protagonista aportan un cambio valioso en la
perspectiva de las cosas tanto para nosotros como para el personaje. No obstante,
cuando los símbolos que provocan esa revelación están colocados de forma demasiado
burda en la peripecia del protagonista para que se caiga del caballo y acabe viendo la
luz, el lector no sólo no queda satisfecho sino contrariado.
Los símbolos y la acción no deben ir cada uno por su lado, uno a continuación del
otro, marcando una doble acción en la que cada personaje y cada acción desfilan por la
historia de forma rígida e independiente. Sobre todo, esos símbolos no deben ser
obvios. Aunque una novela no puede existir sin trama ni personajes, tu novela puede
funcionar perfectamente si tu lector no percibe de entrada ni uno sólo de los símbolos
que esconde.
Perdone a mi amigo, yo no soy así
Cuando el autor disimula
—Colega, esa chati, la pelirroja con ese increíble culazo como unos melones
talla XL encima de su cuerpecito de periquita, está buscando cacho, colega,
ya te digo.
Bob le lanzó una mirada incitante.
—Humm —le dije, tratando de parecer interesado.
Poco podía saber que esas palabras tan ofensivamente machistas me
molestaban sobremanera.