Page 175 - Cómo no escribir una novela
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—Ya sabes, mis padres. Son tan así… no sé, tan así…
                   Y entonces por la radio empezó a sonar la canción perfecta, la canción
               que lo expresaba todo a la perfección:

                   —Oye, sube el volumen, ¿vale?
                   Y los dos se fundieron con el tiempo mientras oían la canción:


                                            Con su disfraces de mentiras
                                     No saben que vemos la cosa muy clarita.

                                       No saben que les vemos la hipocresía
                                         De su engolada y vacía progresía.

                                               Nos han robado el alma
                                    Nos han robado la infancia y la juventud.
                                            Sí, nos han robado el mundo

                                              Con su egoísmo inmundo.


                   Cuando la canción languidecía con sus acordes finales Shannon suspiró y
               dijo:

                   —Era  perfecta  para  ahora,  tío,  para  nosotros  dos.  Es  como  si  lo
               hubieran sabido.
                   —Sí, era justo eso —dijo Jared—. Han dicho todo lo que hay que decir

               sobre mis padres, sobre esta sociedad muerta y todo este rollo. Ha sido igual
               que cuando fuimos a ver a ese tío que era consejero sentimental, total.
                   —Sí… qué canción… Machaca a los tigres de papel.



          En ocasiones al ver que la elocuencia no le alcanza para la tarea que tiene por delante,

          el  autor  se  retira  graciosamente  y  deja  que  su  personaje  reproduzca  un  poema,  un
          fragmento  de  Paulo  Coelho  o  una  cita  de  un  discurso  de  Martin  Luther  King  para

          transmitir su mensaje. Pero el lector no ha comprado tu libro para saber qué tiene que
          decir Bruce Springsteen sobre la vida. El lector espera que seas tú el que tenga algo
          que decir sobre la vida, porque para eso pagamos a los escritores.
               En  ciertos  casos  las  citas  pueden  ir  muy  bien.  Suelen  funcionar  en  tramas  sobre

          poesía, música, etc., y donde haya una compenetración entre ellas y las vidas de los
          personajes.  Las  citas  también  pueden  funcionar  cuando  no  afirman  directamente  el

          mensaje pero lo amplifican o comentan de una forma indirecta, de manera que el lector
          no tenga la sensación de que está asistiendo a un sermón sobre el tema del libro. Pero
          cuando una cita nos pone delante de las narices el mensaje sin más, da la impresión de

          que el escritor quiera tomarse un rato libre y busque a un autor suplente para que le
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