Page 88 - Cómo no escribir una novela
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inmensa mayoría evitan un estilo demasiado florido. Escribir no es un campeonato de
          patinaje artístico, en el que hay que hacer las figuras más difíciles para ganar. La prosa
          muy  elaborada  es  característica  de  ciertos  escritores  y  no  una  cima  que  todos  los

          autores deben alcanzar.







                                               Cómo ser un buen padre


                      Los  autores  a  menudo  dicen  que  sus  novelas  son  como  sus  hijos,  y
                  seguro que quieres que tu novela, lo mismo que tus hijos, dé una buena

                  imagen de ti. Al igual que ocurre con tus hijos, cuando tu novela se lanza al
                  mundo esperas que te haga sentirte orgulloso. Pero, como cualquier padre,
                  un escritor debe aprender que sus novelas tienen sus propios designios, y
                  que no son exactamente iguales a su autor.

                      Sí, quieres que tu hijo tenga una relación con las mujeres que sea un
                  reflejo de su amorosa relación con su madre. Sin embargo, si esa mujer de

                  tu novela se pone a pensar sobre la relación con su pareja siempre que
                  están juntos en la cama es que algo no está yendo bien.
                      Un pasaje humorístico o tan primorosamente escrito que hace que el

                  lector aparque mentalmente la historia unos momentos para pensar en lo
                  brillante que es el autor se parece más a una enojosa mosca que a un logro.
                  De hecho, siempre que, al escribir, te admires de tu propia inteligencia no

                  es mala idea hacer un alto y considerar si esas frases realzan la novela o te
                  realzan a ti.
                      Todo  aquello  que  lleva  al  lector  a  pensar  en  el  autor  a  costa  de

                  olvidarse de la historia es el equivalente a ser un mal padre.











                                                                         Tengo la cabeza como un biombo

                                                                   Cuando el autor se lía con expresiones
                                                                                                          hechas


               Herbert Hooviér era la crème de la mousse de la chantilly de los periodistas
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