Page 97 - Cómo no escribir una novela
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Finalmente llegó el día en que Jack expresó su deseo de estrechar lazos
más firmes con Melinda mediante el connubio marital. Esta propuesta de
matrimonio no fue un evento del todo inesperado, toda vez que Melinda ya
había contemplado la posibilidad potencial de dar una respuesta en sentido
afirmativo. Ella mostró ciertas reticencias ante la reiterada insistencia de él
en que la luna de miel precediera al enlace, aunque la preferencia que él
expresó de que la ceremonia se llevara a término en su nativa Côte d’Eau,
antes mencionada, modificó su toma de decisión precedente.
—Conforme —dijo ella cuando él la ayudó a bajar al muelle desde su
yate—. Puedo empatizar con tus necesidades biológicas y culturales, al fin y
al cabo, nos hemos interrelacionado en múltiples ocasiones.
—Melinda, creo que eres la mejor posibilidad para tomar medidas
afirmativas conducentes a mi felicidad como hombre casado —dijo Jack
dejándose llevar por la pasión.
La jerga administrativa, la política y la psicoanalítica son una epidemia creciente en las
novelas. Tras pasarse muchos años escribiendo cartas de negocios, rellenando
impresos y demandando a sus vecinos, el escritor novato se sienta a escribir una escena
de amor y lo que sale de ahí parece una traducción automática del vulcaniano. El
lenguaje de la psicología se mezcla con el del impreso de la declaración de la renta
creando un guisote incomestible de archisílabos que significan «bonito». La larga lucha
del autor para dominar el forzado y antinatural lenguaje de la burocracia le han hecho
creer que la literatura debe emplear unas frases y unas palabras plomizas y sin vida
para ser inteligente y elegante.
Especialmente indigesta es la versión de este error en la que el vocabulario se
emplea con todo el desparpajo de la ignorancia (véase El peluche crepuscular).
Una exclusiva prosa de primera clase
superior
Cuando el autor escribe como un
publicitario
El mundialmente famoso y cosmopolita Linus Walping entró en su espacioso
y completamente equipado apartamento y se acercó a sus cortinas
artesanales hechas a mano y disfrutó de las salvajes e incomparables vistas