Page 98 - Cómo no escribir una novela
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de Aguas Gran Class que tenía ante sus propios ojos. Después de volver de
unas apasionantes vacaciones de primera clase y un torbellino de nuevas
sensaciones con su novia, la glamurosa modelo y actriz Rain Weste, en el
lujoso marco incomparable del exclusivo hotel de cinco estrellas Splendidous
Hotel & SPA en el mismo corazón de la meca de la más sofisticada vida
nocturna y las tiendas de superlujo, Linus dirigió su mirada a aquellos
exquisitos manjares, seguro de haber hecho realidad sus sueños.
Los redactores publicitarios hacen un trabajo muy distinto al de los novelistas. Por lo
general ellos sólo tienen unas pocas frases para colocar su mensaje —unos segundos de
la atención de un lector— y por esa razón han desarrollado un idioma muy concentrado
y artificial, muy diferente del que solemos esperar de la literatura. Donde en una novela
hay un vino añejo lleno de matices, en la publicidad hay un concentrado con sabor a
uva. Y eso de que lo llamemos uva es una mera convención. Y si uno bebe demasiado
de ese brebaje acaba enfermo.
La descripción de la trama que figura en la contracubierta de un libro es con mucha
frecuencia más un texto publicitario que un texto literario. Este tipo de textos sólo caben
«fuera» del libro y únicamente sirven para atrapar la atención de los potenciales
clientes. Encontrar textos de este tipo en el interior de los libros hace que el lector
responda como lo haría ante cualquier anuncio: cambiando de canal.
MARCAS REGISTRADAS®
En los últimos años setenta y principios de los ochenta del pasado siglo escritores
como Stephen King y Ann Beattie desarrollaron un estilo que podríamos llamar
Realismo de Supermercado (Kmart Realism). Apartándose de la tendencia general en
las novelas norteamericanas escritas hasta entonces de considerar las marcas de los
objetos como algo superficial, un detalle que no convenía especificar para asegurarse
así la intemporalidad de esos textos, estos dos escritores juzgaron que indicar las
marcas de ciertos objetos emblemáticos era un método efectivo de conectar con la
sociedad. Sin embargo los escritores que siguieron su ejemplo a veces se excedieron y
llenaron sus novelas con meras listas de la compra sin ton ni son. Emplear marcas de
objetos puede ser una forma muy eficaz de transmitir cierta información, siempre y
cuando realmente la transmita («Renovó por completo su cocina con muebles de
Carolina Herrera, aunque nunca los utilizaba»), pero esto no aporta casi nada si se
emplea una marca que ya es prácticamente un genérico («Se bebió una coca cola»).