Page 25 - Fantasmas
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Joe Hit
Entonces, en un frío día de otoño, cuando Cate sale de
un supermercado en su barrio, pasa junto a un coche de poli-
cía estacionado en la parte de atrás, con el capó levantado. Un
agente con gafas de espejo está examinando el radiador, del que
sale humo. Cate echa un vistazo al asiento trasero, y allí, con
las manos esposadas detrás de la espalda, está su gigante, diez
años más viejo y con veinte kilos de más.
Luchando por mantener la calma, Cate se acerca al agen-
te inclinado bajo el capó y le escribe una nota preguntándole
s1 conoce al hombre que lleva en el asiento trasero de su coche.
Éste le dice que es un tipo al que ha arrestado en una ferretería
de Pleasant Street, cuando intentaba robar un cuchillo de ca-
za y un rollo de cinta de embalar.
Cate conoce la ferretería, ya que vive a una manzana de
ella. El agente la sujeta antes de que las piernas le fallen y cai-
ga al suelo. Llena de desesperación, empieza a escribir notas
tratando de explicar lo que el gigante le hizo cuando tenía die-
cisiete años. El bolígrafo no puede seguir la velocidad de sus
pensamientos y las notas que escribe apenas tienen sentido,
ni siquiera para ella, pero el policía capta el mensaje. La con-
duce hasta el asiento del copiloto y abre la puerta del coche. La
idea de estar en el mismo vehículo que su raptor la pone en-
ferma de miedo, y empieza a temblar de forma incontrolada,
pero el agente le recuerda que el gigante está esposado en el
asiento trasero, por lo que es incapaz de hacerle daño, y es im-
portante que ella los acompañe a la comisaría.
Por fin se acomoda en el asiento del copiloto. A sus pies
hay un anorak. El agente le dice que es su abrigo y debería po-
nérselo, la mantendrá caliente y la ayudará a dejar de temblar.
Cate levanta la vista hacia él y se dispone a garabatear unas pa-
labras de agradecimiento en su libreta, pero entonces se de-
tiene, incapaz de escribir. Algo en la visión de su cara reflejada
en las gafas de espejo del policía la deja paralizada.