Page 285 - Fantasmas
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Joe HiLL



       ban cerrados  y se esforzaba por reprimir la risa. No tendría más
       de cinco  años.  Una corona  de margaritas  secas  enmarcaba  sus
       cabellos  rubios.  A sus  pies había un  montoncito  de flores  muer-
       tas  y a uno  de sus  lados  una  Biblia  abierta.
            —Nuestra  hermana  Kate  ha muerto  —dijo la hermana
       mayor.
            —Éste  es  su velatorio  —añadió  la otra.
            Kate  estaba muy quieta sobre la tela. Continuaba  con  los
       ojos cerrados  pero  se  mordía  los labios  para no  sonreír.
            —¿Quieres  jugar? —preguntó  la hermana  mediana—.
       ¿Quieres jugar a este juego? Podrías  tumbarte  y hacer de muer-
       to.  Te cubriríamos  de flores  y leeríamos  la Biblia y cantaríamos
       Voy hacia  Ti, mi Dios.
            —Yo  lloraré  —dijo la niña mayor—.  Puedo  llorar  siem-
       pre que  quiero.
            Killian  contempló  en  silencio  a la niña en  el suelo y a las
       dos dolientes.  Después  dijo:
            —Me  parece  que  este  juego no  me  gusta.  No quiero ha-
       cer  de muerto.
            La niña  mayor  pestañeó  y después  le miró a la cara.
            —¿Por qué no? —preguntó—.  Estás vestido  para el papel.




























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