Page 40 - El retrato de Dorian Gray (Edición sin censura)
P. 40
toque tan original a nuestras casas… ¡Pero, aquí está Harry! Harry, entré aquí
buscándote para preguntarte algo; he olvidado qué era. Y me he encontrado
con el señor Gray. Hemos tenido una charla muy grata sobre música.
Tenemos opiniones tan parecidas… Bueno, creo que nuestras opiniones son
bastante diferentes. Pero él ha sido de lo más agradable. Me alegra mucho
haberlo conocido.
—Estoy encantado, querida, verdaderamente encantado —dijo lord Henry
alzando sus oscuras cejas en forma de luna creciente y mirándolos con una
sonrisa de diversión—. Siento mucho llegar tarde, Dorian. Fui en busca de un
trozo de brocado antiguo a la calle Wardour y tuve que regatear durante horas
por él. Hoy en día la gente conoce el precio de todo y el valor de nada.
—Me temo que debo marcharme —exclamó lady Henry, tras un silencio
incómodo, con su risa tonta repentina—. He prometido pasear en coche con la
Duquesa. Adiós, señor Gray. Adiós, Harry. Cenarás fuera, supongo. Yo
también. Quizás te vea en casa de lady Thornbury.
—Apostaría a que sí, querida —dijo lord Henry cerrando la puerta tras
ella al tiempo que ésta salía precipitadamente de la habitación, con la cara de
un ave del paraíso a la que hubieran echado bajo la lluvia, y dejando tras sí un
vago olor a pachuli.
Entonces estrechó la mano a Dorian Gray, encendió un cigarrillo y se dejó
caer en el sofá.
—Nunca te cases con una mujer de pelo pajizo, Dorian —dijo después de
algunas caladas.
—¿Por qué, Harry?
—Porque son muy sentimentales.
—Pero a mí me gustan las personas sentimentales.
—No te cases nunca con nadie, Dorian. Los hombres se casan por
cansancio; las mujeres, por curiosidad. Unos y otras acaban decepcionados.
—No creo que me case fácilmente, Harry. Estoy demasiado enamorado.
Ése es uno de tus aforismos. Mi intención es ponerlo en práctica, igual que
hago con todo lo que dices.
—¿De quién estás enamorado? —dijo lord Henry mirándolo con una
sonrisa de curiosidad.
—De una actriz —respondió Dorian Gray ruborizándose.
Lord Henry se encogió de hombros.
—Ése es un début bastante tópico —murmuró.
—No dirías eso si la vieras, Harry.
—¿Quién es?
Página 40