Page 209 - El Terror de 1824
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EL  TERROR  DE  1824
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      libro  de  la  Constitución,  que  quemará  el  ver-
      dugo.
        — 249.  Causa  de  D.  Benigno  Cordero  y  de
      su  hija  Elena  Cordero,  por  conspiración...
         ■—¡Alto! — gritó  una  voz  desde  el  otro  extre-
          mo de  la  sala.
        Era  la  de  Pipaó»,  que  se  adelantó  exten-
             diendo su  mano  como  una  divinidad  protec-
          tora .
        — Si  es  criminal  perdonar  al  culpable,  cri-
            minal es,  criminalísimo,  condenar  al  inocente
      — dijo  con  énfasis. — Yo  me  opongo,  y  mien-
          tras tenga  un  hálito  de  vida  alzaré  mi  voz  en
      defensa  de  la  inocencia.
        — Vaya,  recomendación  habernos — observó
      Garrote  riendo. — Eso  no  puede  faltar  en  Es-
            paña. Favoreillo,  amistades,  empeños...  Mien-
           tras tengamos  eso,  no  habrá  justicia  en  nues-
          tro país...  |Recoraendaci(5n!  Yo  empezaría  por
       ahorcar  esa  palabra.  Me  repugna.
         — No  se  trata  aquí  de  recomendar  á  un
       amigo  á  la  generosidad  de  D.  Francisco — dijo
       el  Cortesano  poniéndose  rojo  de  tanto  énfasis.
       — Es  que  la  inocencia  de  D.  Benigno  está  ya
       tan  clara  como  la  diáfana  luz  del  día.  ¿Le
       consta  á  usted  que  no?
         — A  mí  no  me  consta  nada — repuso  Nava-
          rro alzando  los  hombros. — Si  no  le  conozco...
       Pero  me  ha  llamado  la  atención  una  cosa,  y
       es  que  se  han  sentenciado  en  este  mismo  mo-
             mento varias  causas  por  desacato,  por  excla-
                maciones, por  besos,  por  sacrilegio,  sin  que
       hayamos  oído  una  voz  que  se  interese  por  los
       criminales;  pero  aparece  una  causa  de  conspi-
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