Page 289 - El Terror de 1824
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EL TERUOR DE 1824 285
— Venga la túnica — dijo preparándose á
ponérsela. — Reputo el saco como una vestidura
de gala y el gorro como una corona de laurel (*).
Después le ataron las manos y le pusieron
un cordel á la cintura, á cuyas operaciones
no hizo resistencia, antes bien, se prestó á
ellas con cierta gallardía. Incapacitados los
, movimientos de sus brazos, llamó á Sola y le
dijo:
—Hija mía, ven á abrazar por última veá á
tu viejecillo bobo.
La huérfana lo estrechó en sus brazos, y
regó con sus lágrimas el cuello del anciano.
— ¿A qué vienen esos lloros? — dijo éste so-
focando su emoción. — Hija de mi alma, nos
veremos en la gloria, á donde yo he tenido la
suerte de ir antes que tú. De mi imperecede-
ra fama en el mundo, tú sola, tú serás única
heredera, porque me asististe y amparaste en
mis últimos días. Tu nombre, como el mí<\
pasará de generación en generación... No llo-
res: llena tu alma de alegría, como lo está la
mía. Hoy es día de triunfo; esto no es muer-
te, es vida. El torpe lenguaje de los hombres
ha alterado el sentido de todas las cosas. Yo
siento que penetra en mí la respiración de los
ángeles invisibles que están á mi lado, pron-
tos á llevarme á la morada celestial... es como
un fresco delicioso... como un aroma delica-
(*) Estas palabras las dijo el valeroso patriota
ahorcado el 1\ de Agosto de 1825. Su noble y heroica
comportamiento eo las újtim is horas, di ea cierto mo-
do carácter li'storico al personaje ideal que es prota-
gonista dtí esta obra.