Page 124 - Encuentra tu persona vitamina
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El vínculo que se genera médico-paciente puede llegar a ser muy difícil en
las primeras sesiones. Yo voy con mucho cuidado, pues a veces se produce
una conexión de dependencia, ya que el paciente busca un pilar esencial para
su vida. En otras ocasiones, si las expectativas que este tiene puestas en el
tratamiento o en el psicólogo no llegan a la altura, aparece el menosprecio.
También puede surgir la desconfianza cuando no logra derribar la barrera que
se ha interpuesto con el terapeuta y eso requiere tiempo, paciencia y mimo.
En ciertas situaciones hay pacientes que no consiguen transmitir lo que les
pasa. Les supone un triunfo comunicarse; nunca han sabido expresar sus
emociones y tienen grandes dificultades para compartir su malestar. Cuentan
de forma casi descriptiva hechos, pero no saben expresar emocionalmente
cómo esos acontecimientos les influyen. En otras, acuden personas
solicitando ayuda para algún familiar, advirtiendo que no aceptará con
facilitad terapia y le costará reconocer que algo va mal.
Para un paciente, sentirse comprendido por alguien que no le juzga y le
permite expresarse significa un punto de inflexión desde donde puede trabajar
sus miedos, sus problemas y preocupaciones. Desde esa confianza comienza
una andadura terapéutica que puede ser muy fructífera. Ahí nace la terapia
vitamina. La psicoterapia es una relación cercana con alguien. Se abren el
corazón, el alma y la historia de cada uno. A veces la denomino
«mimoterapia» porque requiere en primer lugar encontrar ese sitio seguro y
esa persona que le aporta confianza y seguridad, donde el paciente se siente
tranquilo y en paz, aceptado y no juzgado.
En algunos momentos, cuando termino una sesión importante donde
observo un estilo de apego muy inseguro, me emociono, respiro
profundamente y canalizo todo lo que me ha sucedido. Me recupero para
poder entrar en la vida de la siguiente persona que me está esperando. Las
consultas pueden ser de una profundidad y emotividad inmensas. Te cuento
una historia que me sucedió hace unos años.
E L CASO DE R AFA
Rafa tiene veintidós años y es hijo único. Sufrió una depresión por bullying durante la adolescencia y
realizó un intento de suicidio. Desde entonces se forjó en él una personalidad dura y poco empática.
Sus padres son personas frías, cero emotivas y muy exigentes. Ha estado confinado en un pueblo de
Andalucía desde que comenzó la pandemia y sus padres no le han dejado salir por miedo al contagio.
Debido al empeoramiento de los síntomas, le pido que acuda presencialmente a consulta. Se han
agudizado sus rasgos de personalidad rígida y obsesiva, y es incapaz de expresar emociones. Su apego